El Ayuntamiento de Oliva quiere demostrar que está dispuesto a hacer todo lo posible para evitar que abra una gasolinera en pleno casco urbano a la que se oponen los vecinos y la propia corporación, ya que está cerca del colegio Hort de Palau y de la parcela que el municipio ha cedido a la Conselleria de Sanitat para construir el futuro y esperado centro de salud de Sant Francesc.
La Junta de Portavoces, reunida ayer con la presencia de todos los partidos menos el PSPV, acordó realizar una oferta de adquisición al propietario del solar donde está previsto que se instale la estación de servicio. De ese modo, el consistorio cortaría de raíz lo que considera que es un problema para los habitantes de la zona, que han iniciado una campaña de recogida de firmas a través de internet contra la infraestructura.
El alcalde, David González, recibió la encomienda de todos los portavoces de reunirse con el dueño de la parcela, que pertenece una empresa constructora local, para ponerse al corriente de en qué condiciones y precio se podría adquirir y, de ese modo, saber si el ayuntamiento estaría en disposición de poder cerrar la operación. Todo dependerá en todo caso, en el punto en el que se encuentre la relación entre la mercantil propietaria del solar y la sociedad de la gasolinera, puesto que si existe un contrato por medio el consistorio lo tiene complicado para negociar.
No fue la única medida que se acordó. El Gobierno local está dispuesto a explorar todas las vías posibles para tratar de detener la construcción. Para ello va pedir hasta tres informes. Uno a la Conselleria de Educación, para que se pronuncie sobre si la gasolinera podría suponer algún perjuicio para los niños que acuden a estudiar al cercano colegio Hort de Palau. Por otra parte, el ayuntamiento va a dirigirse a la Conselleria de Sanitat Universal para que emita un informe, en este caso, por la proximidad de la parcela donde está previsto que se levante el centro sanitario.
El tercer informe lo emitirá la Policía Local. En este caso aclarará si la presencia de esta estación de servicio en la zona supondrá algún tipo de problema para la normal circulación del tráfico en las calles colindantes.
Como ayer publicó este periódico, el alcalde, David González, se puso en contacto con el de Tavernes de la Valldigna, Jordi Juan, para asesorarse sobre los pasos que podía seguir para tratar de paralizar el proyecto. En este municipio, la Policía Local emitió un informe en el que se alertaba del peligro que tendría para el tráfico la presencia de la gasolinera, ya que se halla en un espacio ya de por sí suficientemente cargado. La Generalitat se amparó en ese mismo argumento para informar desfavorablemente
Pero ahí no queda la posible acción de la cruzada contra la gasolinera. Todos los partidos se mostraron de acuerdo en explorar la vía de iniciar el proceso para modificar del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y prohibir que se puedan instalar este tipo de negocios en el casco urbano, sobretodo en zonas residenciales como es el caso.
