Antes de morir, en 1949, la viuda del prócer gandiense don Sinibaldo Gutiérrez Mas, nueve veces diputado a Cortes por el distrito de Gandia, entregó a mi padre dos cajas de cartón conteniendo varias fotos de la familia y gran parte de la documentación de su tío-abuelo, el diplomático don Sinibaldo de Mas, un personaje extraordinario, iberista, sinólogo, pintor, calígrafo, escritor y políglota que en 1847 fue el primer embajador europeo que presentó sus cartas credenciales en la Corte de Pekín. Todos estos interesantes documentos que podrían ser el fermento de una gran novela de aventuras, la entregué al Archivo Municipal para su conservación y para que estuviera al alcance de cualquier ciudadano.

A la vuelta de uno de sus viajes, el diplomático le trajo a su sobrino Sinibaldo un precioso loro de exótico plumaje. Pero al poco tiempo, bien fuera por el cambio de clima o por no oír hablar su lengua, el pájaro se fue apagando sin que ningún veterinario acertara el motivo. Por aquel tiempo llegó a Gandia procedente de Villajoyosa el maestro chocolatero Don Nicolás Nogueroles, que, como devoto lector de Dioscórides y de la Botánica Oculta o Falso Paracelso, conocía las virtudes mágicas del cacao usado en muchos rituales por los chamanes sudamericanos y aconsejó alimentar al guacamayo con chocolate.

Ante la sorpresa de Don Sinibaldo Gutiérrez, a los pocos días, el pájaro comenzó a revivir, volvió a brillar el color de su plumaje y sorprendió a todos pronunciando frases enteras de «El Virgo de Visanteta», de la que nuestro político estaba platónicamente enamorado.

Han transcurrido 150 años y el tiempo ha dado la razón al Señor Nogueroles, porque según acabo de leer en el suplemento Zen del periódico El Mundo, un estudio realizado por la Universidad de Siracusa afirma que el consumo habitual de chocolate está relacionado con el rendimiento cognitivo, con una mejor composición global del espacio, una mejoría en la memoria visual-espacial y una mayor permanencia de los recuerdos.

El chocolate fortalece el cuerpo antes de las relaciones sexuales, aumenta el placer femenino, incrementa la producción natural de leche materna durante la lactancia y favorece la aparición del sueño.

Las personas que consumen más chocolate presentan una menor tasa de enfermedades del corazón, porque el cacao es rico en flavonoides (un tipo de polifenoles) que además de ser beneficiosos para la salud cardiovascular, están asociados a la mejora de las funciones cognitivas y tiene propiedades antioxidantes.

Espero que a partir de ahora, en las consultas de los psiquiatras y cardiólogos, no falten las pastillas de chocolate que tantos beneficios nos aporta.