El antiguo hospital de Gandia será derribado en su integridad. Esa es la conclusión a la que ha llegado la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Gandia tras comprobar, con informes técnicos en la mano, que esa enorme mole que se levanta sobre un solar de 8.000 metros cuadrados no sirve para las nuevas dependencias que ambas instituciones están proyectando.
Lo reveló ayer la concejala de Sanidad de Gandia, Liduvina Gil, quien durante meses se ha estado reuniendo con responsables de la Conselleria de Sanidad para poner en marcha cuanto antes los proyectos de nuevas instalaciones sanitarias en ese lugar.
Descartado el hospital de crónicos que el PSPV-PSOE prometió en campaña electoral, el plan consiste en abrir un centro de salud para el área oeste de la ciudad, descongestionando el de Beniopa, que está saturado, y trasladar servicios desde el nuevo hospital, como algunas especialidades de cita previa o el área de Salud Mental. Pese a todo, el Gobierno local pedirá que se mantenga la reserva de espacio por si una parte del nuevo complejo se destina algún día a hospital de crónicos.
Una labor de gran complejidad
Cuando los técnicos de la Generalitat y del ayuntamiento entraron en el viejo hospital para analizar la posibilidad de aprovechar algunas de sus dependencias, comprobaron que lo mejor era optar por lo radical. Es decir, derribar todo el edificio y construir sobre su solar las nuevas dependencias, lo que llevará a una demolición de enorme impacto en la zona que, al estar en medio de la trama urbana, no estará exenta de problemas y complejidades que se tendrán que superar.
La concejala Gil incluso ya dio fechas. Si, como está previsto, el Ayuntamiento de Gandia firma antes de que acabe el año el convenio que se está ultimando con la Conselleria de Sanidad, a finales de 2017 se procedería a derribar el hospital. En la enorme plaza cuadrilátera que quedaría, delimitada por el paseo de les Germanies y las calles Barcelona, Benicanena y Sant Pere, se construiría, mediante módulos ampliables paulatinamente, las nuevas dependencias sanitarias y locales para asociaciones que trabajan con personas que sufren algún tipo de enfermedad o dolencia o que se dedican a la promoción de la salud. Obviamente, una gran parte del espacio se mantendría como plaza pública. Según Gil, la Generalitat pondría cinco millones de euros, y el ayuntamiento tendrá que poner los otros dos necesarios.
Aunque los trámites vayan tan rápidamente como desea el Gobierno local, no se espera que esas instalaciones estén operativas hasta finales de 2018 o principios de 2019. «Es un proyecto prioritario y tenemos la garantía de la Generalitat que se hará efectivo», afirmó la concejala Gil, quien en parte responsabilizó al anterior Consell del PP de no haber preservado el viejo hospital para ser reutilizado. Entre otros aspectos, y como en su día informó Levante-EMV, gran parte de su interior ha sido desmantelado sin ningún miramiento.
