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El colegio Calderón acaba con los deberes

Los alumnos no tienen que hacer ejercicios en casa pero aprenden a gestionar su tiempo de estudio efectivo y a disponer de más horas de disfrute personal

Los alumnos del colegio Suárez de Calderón del Grau de Gandia ya no tienen deberes para casa. Desde este curso, el claustro ha puesto en marcha una iniciativa de innovación educativa que pretende, en primer términos, rebajar la carga académica que los niños soportan una vez suena el timbre de salida, a las cinco de la tarde.

Por otra parte, este nuevo sistema busca que los alumnos aprendan, junto a sus padres, a autogestionar su tiempo de estudio y trabajo en casa y que, además, disfruten de mayor tiempo libre.

Daniel Cortés, director de infantil y primaria, dice que «ya advertimos a lo padres de que el hecho de que dispongan más tiempo no significa que les deben poner más actividades extraescolares, lo hacemos para desahogarles no para que se les ahogue más».

Este método empezó a aplicarse el pasado septiembre, con el inicio del curso. «Durante dos años hemos analizado la situación, estudiando este tema. Además recibíamos quejas de padres por la excesiva carga escolar», explicaba a Levante-EMV el director.

Lo que se hace ahora en el Calderón es poner los deberes durante las horas lectivas y para casa se deja «lo mínimo», insiste el director. Eso no significa, aclara, que los niños no tengan trabajo para casa. «Tienen que repasar lo que han hecho o hemos explicado en el aula», señala.

Esto permite que los niños dispongan de su tiempo y sean ellos los que se organicen para estudiar. Cada uno debe saber el tiempo que necesita para reforzar el estudio de una materia. Cuentan, para ello, con la implicación de los padres, que controlan y marcan el tiempo del estudio de los pequeños en función de sus necesidades. En la parte que toca a los profesores, explica Cortés, ahora se fijan las fechas de los exámenes como mínimo con una semana de antelación, para que los niños sepan cómo organizarse el estudio.

Si algún alumno se agobia y no puede acabar la tarea en clase se puede organizar el tiempo fuera del aula y, por otra parte, si los maestros comprueban que alguno necesita refuerzo extra se le ayuda y se le preparan técnicas para complementar en casa lo aprendido en el colegio.

El director reconoce que, hasta el momento y durante el poco tiempo que lleva en funcionamiento este sistema, «los resultados académicos no han variado excesivamente». Sin embargo, aclara, cuando acaben las evaluaciones del trimestre «podremos disponer de un muestreo más amplio y disponer de los datos para sacar conclusiones».

Mayor motivación

Lo que sí que es una realidad es que este método de enseñanza que ha implantado el Suárez de Calderón provoca que los alumnos estén más motivados a la hora de afrontar las clases.

«No tienen carga extra de trabajo y se ven mucho más motivados en el aula», señala Cortés. Dice, además, que «cuando los niños llegan a casa tienen trabajo pero saben que no es una carga excesiva, no se les manda hacer un número de ejercicios concretos como antes y cada uno maneja su tiempo y ritmo de estudio».

Gracias al análisis previo que se ha realizado desde el centro sobre la realidad educativa a la que se enfrentan los alumnos, el claustro de profesores del Calderón descubrió que, en ocasiones, resultaba una carga muy pesada para los niños el tener dos o tres exámenes al día. «Antes no se ponían los controles con la periodicidad que tocaba porque los profesores se solapaban a la hora de fijar las fechas», indica el director.

La iniciativa permite a los maestros llevar a cabo un control más individualizado del alumno y estar atento por si alguno de ellos precisa de un refuerzo extra fuera del recinto escolar.

La iniciativa llega en pleno debate sobre si son o no productivos los deberes en casa, después de que la Ceapa, la confederación de Ampa de colegios públicos, se haya alzado en pie contra las tareas fuera del aula. De hecho, hace unas semanas llamaban a una «huelga de deberes» para protestar por lo que consideran que es una «excesiva carga de trabajo» que merma el tiempo de esparcimiento de los pequeños.

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