En la cambiante moda de los desfiles de «halloween» que tienen lugar cada año por la víspera de Todos los Santos, este año ha llamado la atención el uso de huevos que se lanzan entre los participantes, convenientemente disfrazados de zombis o de calaveras.

Al margen del significado que pueda tener el lanzamiento de huevos, una de las peores consecuencias es la suciedad que dejan en las calles. Y buena prueba de ello es que a primera hora de la mañana de ayer los servicios de limpieza de Gandia tuvieron que esforzarse en retirar las cáscaras y los cartones en los que se transporta este producto para que no se rompa. El contenido, todavía viscoso, se extendía a medida que los viandantes lo pisaban, la mayoría de ellos sorprendidos por tan insólita y novedosa «diversión».