El Ayuntamiento de Gandia tendrá que hacer frente a una nueva sentencia por la gestión que se llevó a cabo por parte de la empresa Iniciatives Públiques de Gandia (IPG) durante la pasada legislatura después de que el Juzgado de Primera Instancia número 3 haya condenado al consistorio al pago de 867.000 euros por no pagar las obras realizadas en la primera línea de la playa para soterrar contenedores de basura.
El portavoz del Gobierno local, José Manuel Prieto, explicó ayer que el PP soterró 20 contenedores y no pagó la obra, por lo que ahora «nos han condenado al pago de 867.000 euros por el impago de la mitad de la instalación de esos contenedores a la empresa a la que se encargó el proyecto, Vareser. Ese dinero, transferido del ayuntamiento a IPG, no satisfizo los compromisos adquiridos. El concejal socialista se preguntó dónde está el dinero que salió del consistorio para financiar esa obra.
Esta primera sentencia es por, por tanto, la mitad del importe de las obras, aunque Prieto prevé que no tarde mucho en producirse otro fallo judicial que también obligue a liquidar el resto pendiente.
Las obras, que fueron encargadas en 2012 por el anterior Gobierno local del PP, se terminaron en 2014, pero no se abonó la totalidad de su coste
El portavoz del gobierno aseguró ayer que la empresa reclamaba esta cantidad desde la pasada legislatura y aunque desde IPG se intentó llegar a un acuerdo para que la deuda se aplazara y pudiera ser satisfecha de forma fraccionada, las negociaciones no lograron el acuerdo de la empresa que hizo la obra.
Desde el grupo del PP respondieron a esa crítica asegurando que ellos cumplieron con su promesa de soterrar los contenedores de primera línea de la playa. Lo hicieron a través de la empresa IPG, y añade que «fruto de la buena gestión, anticiparon el pago de la mitad del importe de la obra, además de seguir atendiendo pagos urgentes de deudas socialistas, que tuvieron que afrontarse para evitar nuevos pleitos».
Los populares exigen al gobierno de Diana Morant, «que se pongan a trabajar y gestionen» y les traslada que «al gobierno se llega llorado de casa», en referencia a que ya no es hora de sacar a relucir la gestión del pasado.
