El Ayuntamiento de Gandia, que el verano pasado anunció la prohibición total de realizar obras en la playa, incluidas las menores, durante los meses de julio y agosto, se ha visto obligado a suavizar esta norma a raíz de las alegaciones que ha presentado la Asociación de Promotores Inmobiliarios, Constructores y Agentes Urbanizadores de la Safor.
Esta entidad consideraba excesivo, e incluso ilegal, que una norma municipal prohibiera todo tipo de obras durante dos meses en la playa, algo que habría afectado a la actividad de este tipo de empresas.
Sus alegaciones han llevado a un nuevo modelo que contempla una especie de «pacto» entre los constructores y la Administración local a fin de garantizar el objeto de esa iniciativa, que no es otro más que el de evitar molestias a los turistas y residentes veraniegos en una zona, como es la playa, a la que se quiere dotar de la mayor calidad posible en temporada estival.
En primer lugar, y en contra de lo aprobado inicialmente, sí se autorizarán las obras menores, que no afectan a la estructura de los edificios, de manera que los propietarios podrán llevar a cabo actuaciones tan habituales como cambiar una cocina o un baño durante los meses que están ocupando la vivienda estival.
Para las grandes obras es donde el ayuntamiento sigue poniendo el foco con el fin de que no molesten. En primer lugar, la empresa que ejecute esos proyectos, bien sean de carácter público o privado, deberán presentar un cronograma de actuaciones que contemple para los meses de julio y agosto una reducción de la actividad que cause ruidos, circulación de grandes camiones o movimiento de tierra o materiales.
El ayuntamiento se reserva poder establecer itinerarios y horarios para ejecutar determinados trabajos sin son estrictamente necesarios, y nunca se tolerará que en pleno verano el ruido emitido supere los 90 decibelios.
Los camiones destinados al transporte de hormigón, «dúmpers» o «bañeras» para el movimiento de tierras, portacontenedores de derribos o camiones-cisternas tendrán limitada la circulación en julio y agosto, y será el ayuntamiento quien, previa justificación, señale las excepciones.
Según señalan fuentes municipales, toda esta acción se llevará a cabo manteniendo el diálogo con las constructoras y los promotores, pero siempre garantizando que no se produzca un grave quebrando a personas que residen en la playa en los meses de más calor.
Una obra originó los cambios
Esta modificación en la ordenanza de obras de Gandia se produce a raíz de la polémica suscitada el pasado verano por los trabajos que se estaban realizando en un solar de la calle Mare Nostrum. Los vecinos presentaron reclamaciones y, al final, se pudo negociar con la empresa para que realizara la actividad causando las menores molestias posibles. El ayuntamiento vio entonces que no tenía la capacidad legal para poder paralizar las obras, de manera que planteó el acuerdo al que ahora se ha llegado y que ha sido aprobado con el voto de todos los partidos políticos.
También el verano pasado la alcaldesa de la ciudad, Diana Morant, solicitó a la Autoridad Portuaria de Valencia que no retomara las obras, paralizadas desde hace casi dos años, para la construcción del paseo de la escollera. La entidad pública aceptó la petición de la alcaldesa tras reconocer que no era prudente el tránsito de grandes camiones en esa época.
