A su paso por Gandia, el río Serpis habría alcanzado el lunes pasado un caudal superior a los 700 metros cúbicos por segundo, un registro que, según técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar, habría podido causar «daños importantes» e incluso su desbordamiento en el tramo final, que afectaría al casco urbano de Venècia, en el Grau, y a la zona urbana de Marenys de Rafalcaid, también situada junto al mar.

Pero el río no se salió en esta ciudad porque su caudal se quedó en un máximo aproximado de 500 metros cúbicos por segundo, cantidad de agua que el cauce puede enviar directamente al mar sin causar problemas.

Ese máximo de 500 metros cúbicos por segundo se habrían podido hasta duplicar durante algunas horas debido a las impresionantes lluvias caídas en las cabeceras y los tramos medios del Serpis y de su principal afluente, el Vernissa. Como publicó este periódico el pasado martes, el registro de l´Orxa resulta espectacular y propio de esos episodios de «gota fría» mediterránea. Cerca de 400 litros por metro cuadrado solo el pasado lunes y 621 litros entre el sábado y ese jornada. Consecuencia de ello, el Serpis se desbordó en la Reprimala de Villalonga, causando daños a bienes públicos y privados como no lo había hecho en, al menos, los últimos 25 años.

Estudio, planificación y obras

Pero Gandia se salvó por razones que son meteorológicas, sino muy humanas, fruto del estudio, planificación y ejecución de obras que, entre los años 2006 y 2012, supusieron la inversión de unos 60 millones de euros. Ese dinero, aprobado por el Gobierno de Zapatero para evitar inundaciones del Serpis, salió de los fondos que Aznar había consignado para el polémico trasvase del río Ebro.

La primera de las importantes obras de ingeniería se ejecutó en el pantano de Beniarrés y el pasado lunes fue capital para evitar que a Gandia llegara un caudal que habría causado daños. El proyecto, ejecutado entre 2006 y 2008 con una inversión de más de diez millones de euros, consistió en reforzar la presa, que hasta ese momento no podía retener más de 19 hectómetros cúbicos, para que pudiese alcanzar su cota máxima, situada en los 27 hectómetros cúbicos. Eso permitió que el lunes pasado se fuera laminando la enorme entrada de agua que registraba el pantano y, consiguientemente, reducir la punta que llegaba a Gandia.

El segundo proyecto con efectos en esta «gota fría» ha sido la presa de laminación construida en el río Vernissa, entre Terrateig y Llocnou de Sant Jeroni, que también evitó que vertiera al Serpis toda la crecida registrada por las lluvias caídas entre Pinet, Montitxelvo y Aielo de Rugat, en donde en un solo día se rozaron los 400 litros por metro cuadrado. Esa obra costó otros 36 millones de euros, y el lunes ralentizó la espectacular crecida del Vernissa antes de que desembocara en el Serpis.

Finalmente, en Gandia funcionó el encauzamiento llevado a cabo entre 2008 y 2010, con una inversión de 17,8 millones de euros, de manera que se impidió que el Serpis socavara los márgenes urbanos cuando, desde el mediodía del lunes, el agua sumergió por completo el cauce del río.