Tavernes de la Valldigna acoge esta tarde, a partir de las 20 horas, la séptima edición de la San Silvestre, una prueba que mezcla el deporte con la diversión, ya que, más allá del resultado lo importante es pasarlo bien con el colorido que ofrecen los originales disfraces que eligen cada año los participantes.

A todo esto se une la vertiente solidaria, en tanto que los participantes, a la hora de la inscripción, deben aportar un kilo de comida que después será repartido a las entidades que ayudan a las familias más desfavorecidas de la localidad. Esta prueba está organizada por el Club Atletisme la Valldigna con la colaboración de la concejalía de Deportes.

Habrá premios para los primeros clasificados y también, como no, a los mejores disfraces que participen en la carrera.

Se trata de una prueba no competitiva que transcurre toda por un circuito urbano de cinco kilómetros y que supone la última prueba atlética del año.

Esta actividad, tan extendida ahora por todo el mundo surgió en Sao Paula en 1925. En España, la primera fue en Galdácano, Vizcaya, en 1961, aunque la más conocida es la San Silvestre vallecana que se celebra en Madrid el 31 de diciembre.