Cuando un compositor musical vence un concurso, este logra un gran impulso en su carrera, tanto para él como para la pieza que ha elaborado especialmente para el certamen en cuestión. Pero, ¿qué ocurre con la obra finalista? Desamparo total. Esa partitura, al ser ya interpretada por una formación musical no puede volver a ser presentada a otra convocatoria. De hecho, quien lo haga corre el riesgo de ser directamente descalificado por la organización.
Toca, por tanto, intentar venderla, pero resulta complicado colocar una pieza ya elaborada.
Por ello, el compositor de Oliva Joan Mont ha decidido subastar en internet la marcha mora que elaboró para uno de los concursos en los que compitió. No tiene nombre, lo que pretende es que la persona que la adquiera la bautice como más le guste.
La plataforma que ha escogido para llevar a cabo la subasta es el portal eBay, con millones de visitas en todo el mundo. «Lo que quiero es buscarle a mi marcha un padre, una madre, o una familia entera que la cuide y la aprecie, que la hagan sonar y puedan desfilar con ella», señalaba ayer en conversación con Levante-EMV.
Además de un objetivo comercial, esta iniciativa busca denunciar la «injusticia» que, a su entender, sufren aquellas obras que acaban «quemadas» tras participar en los certámenes y el hecho de que se pierda «el tiempo y el trabajo que he dedicado a elaborar esa pieza».
La subasta está en marcha hasta el próximo 6 de enero. La abrió con un precio de salida de 1 euro y ayer, al cierre de esta edición, estaba en los 194. «Es un precio irrisorio», señalaba el joven músico, quien, por una pieza de este tipo cobra unos 1.500 euros, explicaba. Pese a que duda que vaya a llegar a esas cifras, no está dispuesto a retirar la subasta y va a llegar hasta el final y, lógicamente, venderla al mejor postor.
«Intento poner el foco en esa situación que se crea entorno a los concursos artísticos. No voy a retirarla porque, de todos modos, ya daba ese trabajo por perdido», señalaba. «Podría haber esperado a que alguien me hubiera hecho un encargo y venderle esta, que ya la tenía hecha pero a mí me gusta personalizar las piezas, adaptarlas al gusto y el concepto que busca quien me contrata», indicaba Mont.
Se trata de una iniciativa «pionera» como él mismo apunta, con la que, quien lo desee pueda hacerse con la propiedad de una creación musical en exclusiva, «a la que podrá incluso bautizar con su nombre», señalaba.
Joan Mont tiene apenas 29 años pero, pese a su juventud, no es, ni mucho menos, un recién llegado al mundo de la música. En los últimos años ha firmado un buen número de composiciones de todo tipo y para formatos distintos, entre las que destacan un buen puñado de títulos de música festera dedicados a comparsas y capitanes.
Este olivense se licenció en el conservatorio superior de Castelló y luego vivió varios años en Viena donde mejoró sus conocimientos y «me empapé de mi forma particular de entender la música».
