Una vez más la Comunidad de Regantes del río Alcoi se ha querido dirigir a la Confederación Hidrográfica del Júcar, que gestiona los recursos hídricos en esta zona, pera evitar que, después de los episodios de lluvia que permiten llenar el pantano de Beniarrés, se produzcan desembalses que lo dejan a menos de la mitad de su capacidad. Cuando esa actuación viene seguida de un episodio de sequía se corre el riesgo de quedarse sin agua para el riego.
Eso mismo es lo que ocurrió el pasado verano, cuando el Serpis se quedó sin caudal y hubo que recurrir a los pozos de emergencia para garantizar el agua a las explotaciones agrícolas, lo que encarece la producción.
Cuando el pasado 19 de diciembre las intensas precipitaciones caídas en la comarca de l'Alcoià permitieron llenar Beniarrés, la Confederación abrió las compuertas para que el agua no rebasara su cota máxima, pero posteriormente siguió desembalsando, acción que se mantiene hoy en día, con la intención de dejar entre 20 y 21 hectómetros cúbicos pese a que la capacidad máxima llega a los 27.
En la asamblea general de la Comunidad del río Alcoi sus miembros mostraron su preocupación por este hecho y quieren que la CHJ les tenga en cuenta a la hora de gestionar unos recursos hídricos que son fundamentales para mantener la actividad agrícola en la comarca de la Safor.
«No queremos que se haga ninguna barbaridad, como ocurrió en años anteriores», señaló uno de los responsables de la entidad a este periódico, quien recordó que, cuando en verano el pantano está a un buen nivel, se desembalsa pese a que no existe la más mínima garantía de que posteriormente se produzcan lluvias que permitan recuperar las reservas.
En estos casos, la CHJ responde que se limita a situar el pantano en el nivel de seguridad que marca el protocolo para cada uno de los meses del año con el fin de evitar puntas de riadas que podrían acabar con un desbordamiento del río justo en la desembocadura, en Gandia.
