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El primer botánico de la Safor abre en la Font

El jardín está situado en el Parc de la Muralla y cuenta con 54 especies autóctonas entre árboles, arbustos, plantas aromáticas, culinarias o medicinales - La inversión es de 28.245 euros y supone un recurso turístico más para el municipio

El primer botánico de la Safor abre en la Font

La Font d'en Carròs dispone desde ayer de un jardín botánico que además es el primero de la Safor concebido como tal. Está situado en el Parc de la Muralla, en el casco antiguo, en una parcela de 1.125 m2 que antes carecía de uso público. Cuenta con dos mil ejemplares de 54 especies diferentes, todas ellas originarias del Mediterráneo. La inversión es de 28.245 euros, de los cuales la mitad los aporta la Agència Valenciana del Turisme a través de una subvención. El alcalde, Pablo Puig, inauguró a mediodía el espacio, acompañado por representantes municipales y por los encargados del proyecto, Vicent Bohigues y José Millet. Tras esa visita se ofreció una «xocolatada».

El jardín se ha materializado en un tiempo récord, en apenas dos meses, entre octubre y noviembre, para aprovechar una línea de ayudas que sacó la Conselleria de Turismo. Por un lado, la zona verde es un paso más para poner en valor el recinto amurallado del Rafalí, declarado Bien de Interés Cultural. Se trata de un espacio de 3.607 m2 de los cuales el jardín ocupa la mitad. Actualmente se conservan 100 metros de lienzo, de estilo morisco, con un trazado del siglo XIV. Se trata de lugar donde se estableció el primer núcleo de población; en la parte más alta del promontorio sobre el que se asienta la Font. La muralla discurría metros abajo, incluso hay restos en algunas viviendas. Todo ese conjunto formaba una especie de fortín para defender la entrada en la parte oriental de la villa.

En la construcción del jardín han participado empresas locales. El ingeniero forestal Vicent Bohigues ha sido el encargado de diseñarlo y escoger las plantas más adecuadas. En cuanto a los árboles y arbustos se pueden contemplar algarrobo, almendro, varios olivos, un par de jinjoleros, laurel, lentisco, durillo («marfull») madroño y una higuera.

Abundan las especies mediterráneas como murta, ruda, ajedrea, brezo rosado, manzanilla o siempreviva borde, rabo de gato, tomillo, madreselva de jardín, taparera, poleo, romero, «pebrella», lavanda, camomila, marialuisa, menta, salvia, geranio de olor, santónica, hierba de San Juan, o melisa. También hay plantas que tienen un interés culinario como el curri, orégano, estragón, cilantro, hisopo o perejil, además de incienso, esparto, abelia, gaura y artemisa, entre otras.

Sin duda, un recinto para acudir con el «Costumari botànic» de Joan Pellicer en la mano y saber más -recorriendo apenas unos metros- de las hierbas y los árboles que tenemos a nuestro alcance y que tanto apreciaban y utilizaban nuestros antepasados.

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