Víctor Soler, a quien Arturo Torró situó como su sucesor en el PP de Gandia apenas alcanzó la alcaldía de esta ciudad, ha recibido un considerable impulso a sus aspiraciones políticas a cuenta del plácido proceso de primarias celebrado el pasado lunes en toda la Comunitat Valenciana para elegir presidenta regional del partido a Isabel Bonig. Plácida no solo porque ya se sabía que la diputada de la Vall d´Uixó tenía el apoyo mayoritario de los militantes, sino porque también se quedó sin rival en esas primarias tras la renuncia a la carrera de José Luis Bayo.

Como ejemplo, en Gandia, donde votaron militantes de varios municipios, Bonig logró 172 de los 174 votos emitidos. Los otros dos fueron en blanco.

En clave local, el liderazgo de Isabel Bonig confirma la apertura de caminos a Víctor Soler, hombre de la confianza de la lideresa del PP valenciano y a quien no pocos ya sitúan no solo como aspirante a ser reelegido presidente local en el congreso que tendrá lugar a finales de este año o principios del otro, sino también como el candidato a la alcaldía en las elecciones de mayo de 2019.

Un obstáculo de considerable importancia tiene Soler en ese horizonte. El concejal y diputado en les Corts seguramente será citado a declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, en calidad de investigado, al estar señalado por un informe de la Guardia Civil como pieza clave en la trama Púnica que afecta a numerosos cargos de su partido, entre ellos, en el ámbito local, a propio Arturo Torró y a quien fuera vicesecretario de Organización del PP gandiense, Dionisio Ollero.

El concejal gandiense siempre ha defendido que no participó en ninguna trama corrupta ni dio instrucciones a nadie para que se recaudara dinero para el PP a través de empresas que contrataban obras con el ayuntamiento, de ahí que ahora su deseo es que, en el caso de que vaya a ser citado por el juez, hacerlo cuanto antes con la esperanza de que su nombre desaparecerá de esa causa y, entonces sí, poder mostrar abiertamente sus aspiraciones en el ámbito orgánico y como la persona que intentaría reconquistar para el PP la alcaldía de la ciudad.

De todo ello es consciente el equipo de Isabel Bonig, la lideresa que, al final, forzó la dimisión de Arturo Torró como presidente del PP de Gandia cuando acumuló varias citaciones judiciales en causas abiertas por su gestión en la alcaldía. En aquel momento, la ahora ampliamente ratificada presidenta del PP valenciano ya apostó por Soler y por su equipo de personas jóvenes, entre quienes destaca el también concejal Vicent Gregori, para abrir una nueva en el partido.