Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) suponen a escala global una importante carga de morbilidad y mortalidad en la población. Se trata de un grupo de enfermedades que se transmiten por contacto sexual. Entre los agentes causales se encuentran más de 25 virus, bacterias y parásitos, aunque son ocho los que se han vinculado a la máxima incidencia: sífilis, gonorrea, clamidiasis, trichomoniasis, virus de la hepatitis B, virus herpes simple, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y virus del papiloma humano. Para algunos de ellos existen tratamientos curativos y para otros tan solo se dispone de tratamientos capaces de atenuar los síntomas o modificar la evolución de la enfermedad.

Una persona puede tener una ITS sin manifestar síntomas de enfermedad, lo que dificulta su detección y facilita su transmisión. Los síntomas locales más comunes son flujo vaginal alterado, presencia de secreción uretral, aparición de úlceras genitales y/o dolor abdominal.

Para su prevención se incluyen intervenciones como la educación sexual integral, asesoramiento sobre prácticas sexuales más seguras y reducción de riesgos, promoción del uso de preservativos como método barrera más eficaz contra las ITS, intervenciones dirigidas a grupos de población claves (como trabajadores sexuales y consumidores de drogas inyectables), y educación sexual adaptada a las necesidades de los adolescentes. En el caso de la hepatitis B y virus del papiloma humano se dispone de vacunas seguras y eficaces, ambas incluidas en el calendario vacunal de la Comunitat Valenciana. Además de las intervenciones dirigidas a concienciar sobre la seguridad en la conducta sexual, el diagnóstico y tratamiento tempranos son fundamentales para su prevención.

Para el diagnóstico de las ITS se necesitan pruebas rápidas, fiables y que permitan su realización a la población general o a grupos específicos (cribado). En este aspecto, las técnicas de biología molecular basadas en la detección de ácidos nucleicos han supuesto una verdadera revolución diagnóstica, ya que debido a su elevada sensibilidad, no solo detectan más infecciones, sino que permiten su realización en muestras poco invasivas, lo que facilita los programas de cribado.

Actualmente, la aparición de resistencias a los tratamientos antibióticos, particularmente en gonorrea, ha limitado las opciones de tratamiento eficaz, por lo que la prevención y el tratamiento temprano son cruciales para evitar su propagación.

En nuestro país se está asistiendo en los últimos años a un aumento en la incidencia de las ITS, en probable relación con una relajación por parte de la población en el uso de las medidas de prevención. Es pues labor del médico, no sólo proporcionar la información y educación al paciente para prevenir las ITS, sino su diagnóstico y tratamiento precoz. Desde esta sección se quiere resaltar que las pruebas de diagnóstico microbiológico constituyen un pilar fundamental en la lucha contra estas infecciones, ya que permiten su correcto abordaje terapéutico.