En las próximas semanas el Ayuntamiento de Gandia procederá a retirar varias grúas de gran tamaño montadas hace años en medio de la trama urbana y que han quedado abandonadas y sin mantenimiento.
La medida se ha adoptado a partir de las reclamaciones, e incluso denuncias, de vecinos o comunidades de propietarios residentes en los edificios situados en el radio de acción de una posible caída de esos grandes artilugios.
Esta misma semana se ha ordenado que se desmonte la grúa instalada en un solar situado entre los números 22 y 28 de la calle de Sant Ramon, el distrito del Raval, que está en ese lugar desde hace casi diez años a pesar de que la actividad para construir un bloque de viviendas quedó paralizada, y abandonada, hace mucho.
Como en otros casos, el Ayuntamiento de Gandia ya ordenó desmontar la grúa, pero la empresa que la colocó ya no se dedica a esa actividad y ni siquiera ha respondido al requerimiento.
Cuando pasa eso, es la propia Administración la que, bajo el espíritu de preservar la seguridad y evitar riesgos a las personas, tiene que actuar directamente. La grúa de la calle de Sant Ramón tendrá una factura de 4.300 euros, según consta en el decreto firmado por el responsable de Urbanismo, Vicent Mascarell. Con más o menos fortuna, una vez se haya acometido la retirada, se intentará que la empresa titular de la grúa abone el dinero.
La mayoría de ayuntamientos de la Safor han tenido que adoptar medidas similares. Durante el boom de la construcción proliferaron esos elementos, algunos de los cuales se abandonaron.
