«Joan M. Monjo vivía obsesionado por la literatura. Pensábamos que sin literatura no podíamos vivir». Así definió el escritor gandiense Ignasi Mora la actitud vital e intelectual de Monjo en los años que se dedicó a la escritura. Mora dijo que Monjo fue en aquel tiempo un ejemplo de dedicación por hacer bien cosas bien, y por eso pedía que sus textos fueran leídos por otros escritores o amigos antes de publicarlos.

La presentación de la obra Oh! Dietaris Inèdits, que tuvo lugar la noche del pasado viernes en la Casa de la Marquesa de Gandia, coincidió con el décimo aniversario de la muerte del autor de esos textos, que han sido recuperados gracias a la generosidad de Àngela Moratal, su pareja, quien, antes de fallecer, pidió que se entregaran al Arxiu Històric de Gandia. Lletra Impresa Edicions se ha hecho cargo de ello y el resultado es esa obra que rescata a uno de los personajes culturales de la Gandia de la transición y los primeros años de la democracia.

Precisamente sobre este aspecto se centró la intervención del también escritor Josep Piera. Aprovechando que la Generalitat acaba de conceder a Gandia el título de Capital Cultural Valenciana hasta abril de 2018, Piera pidió a los presentes, y también al ayuntamiento, que reivindique lo que definió como «generación de los 70», formada por aquellas personas, muchas de las cuales siguen manteniendo una actividad cultural, que protagonizaron con sus creaciones un momento de gran vitalidad cultural. «Gandia no sería la misma sin esa contribución», añadió Piera, quien recordó que gran parte de ese renacimiento tuvo como escenario la «Puríssima street», esa céntrica calle de Gandia en la que estaba la librería Concret y la cafetería Tano, dos «nidos» en los que se reunía la progresía y el valencianismo local y que, en cierta medida, contribuyó a forjar la sociedad gandiense en el viaje de la dictadura franquista al régimen democrático.

Además de Josep Piera y de Ignasi Mora, también participaron en la presentación de Oh! Dietaris Inèdits el escritor Rafa Gomar, el archivero Àlvar Garcia, la poeta Maria Josep Escrivà y el escritor y editor Juli Capilla, quienes destacaron aspectos de la vida de Monjo y de su pasión por la escritura.

El acto fue cerrado por Lara Aparisi, la hija de Àngela Moratal, que se encargó de cumplir el deseo de su madre y entregó los escritos inéditos de Joan M. Monjo al Arxiu Municipal de Gandia, lo que permitirá que los lectores disfruten de sus creaciones literarias diez años después de su repentina muerte, ocurrida a principios de 2007, cuando solo tenía 50 años.

La presentación del libro se convirtió, como era el deseo, en un homenaje a la figura de «Monget», como algunos amigos y familiares le llamaban.