El Gobierno de Potries ha alertado de que la sustitución del sistema tradicional de riego «a manta» por el de goteo, un proceso que ya han emprendido varias comunidades de regantes en toda la Comunitat Valenciana, tendrá, si nadie pone remedio, un efecto perjudicial: el progresivo deterioro de todo el patrimonio hídrico asociado al primero. Acequias, norias, sifones, azudes, partidores, lavaderos o acueductos están en peligro, pero también la fauna y la flora que se reproduce a su alrededor, como los anfibios.

En el sur de la Safor esa transformación ya tiene una fecha; el 1 de enero de 2019. Para entonces la Comunidad de Regantes de los Canales Bajos del Río Serpis, que suministra agua a 30.000 hanegadas, sólo contempla un escenario: el riego por goteo. La medida fue aprobada por unanimidad en una asamblea celebrada el pasado mes de septiembre de 2016 y va totalmente en serio.

Los regantes aseguran que no pueden mantener los dos sistemas a la vez; el superficial y el de goteo, y están convencidos de las bondades del segundo, por el ahorro de agua. La entidad, con sede en Gandia, empezó a implantar el goteo hace 20 años, pero todavía hay unas 5.000 hanegadas regadas «a manta». Por ahora esa decisión no la ha tomado la Comunidad de los Canales Altos, con 10.000 hanegadas cuyos campos todavía se inundan.

Sin embargo, hay quienes recuerdan que sin el fluir del agua y sin que nadie vele por ellos, estas antiquísimas y valiosas infraestructuras, la mayoría heredadas de la época islámica, se dejarán abandonadas a su suerte. Un ejemplo es la arcada de Palma de Gandia, del siglo XV, que ya sufre las inclemencias de la falta de mantenimiento.

La alcaldesa de Potries, Assumpta Domínguez, de Compromís, quiere que las instituciones valencianas tomen ya cartas sobre el asunto sobre este patrimonio, que está catalogado por la Generalitat pero no plenamente protegido. No es casualidad que haya sido esta pequeña localidad de la Safor (mil habitantes, 3 kilómetros cuadrados de superficie) una de las primeras en dar la voz de alarma; rodeado de naranjos, Potries ha estado siempre vinculado al río Serpis y al aprovechamiento de sus aguas. Cuenta con un rico patrimonio de acequias y partidores (la Casa Clara y la Casa Fosca), varios molinos, estos últimos ya en desuso, y desarrolló una importante industria alfarera y de cacharrería hasta los años 80. El ambientólogo Ismael Aznar, que ha publicado varios estudios sobre el Serpis, también se une a este llamamiento: «Se debería mantener al menos en la red principal un caudal mínimo para crear refugios de anfibios y facilitar su uso turístico y educativo».

Este ha sido uno de los asuntos debatidos en las Jornades de la Lluita Camperola, organizadas por los colectivos locales La Madrilla y Nostra Terra, con la colaboración del ayuntamiento. Las actividades siguen hoy con un Mercat de la Terra, de 10 h a 15 horas, visitas al Museu Cassoleria Àngel Domínguez y talleres.