La Autoridad Portuaria de València (APV) sigue manteniendo la incógnita sobre cuál va a ser su decisión respecto a la concesión, por un periodo de 25 o de 50 años, de las instalaciones que actualmente ocupa el Real Club Náutico de Gandia.

Ocho meses después de que finalizara el periodo de solicitud abierto por la APV, dos fueron las propuestas planteadas formalmente. Una, la de la directiva del Real Club Náutico, que planteaba un periodo de concesión de 25 años y una inversión para renovar las instalaciones de aproximadamente 3,5 millones de euros. Su proyecto, además, insistía en la vertiente social, de manera que el club, si consigue la gestión de ese espacio, seguiría promocionando deportes y actividades náuticas y abriría sus instalaciones para todo tipo de acontecimientos.

La otra propuesta, más propia de una operación estrictamente privada y de aprovechamiento comercial, fue planteada por Francisco Herrero, antiguo directivo del Náutico, quien no oculta que su idea es similar a la de la Marina de Dénia. Herrero, que pide un periodo de concesión de 50 años, asegura que tiene inversiones para disponer de seis millones de euros que servirían para una completa y más profunda remodelación de las instalaciones.

Fuentes consultadas por este periódico han señalado que, desde el pasado mes de noviembre, técnicos de la Autoridad Portuaria de València están analizando los documentos de los dos solicitantes, pero añaden que, de momento, no se ha tomado ninguna decisión. Ni siquiera adelantan si el anuncio llegará antes del verano o si habrá que esperar a después de las vacaciones.

Precisamente en este 2017 se cumplen sesenta años desde que, en aquel 1957, empresarios de Gandia se aglutinaran para crear el Club Náutico que, desde entonces, ha formado parte del paisaje de la playa. Con el tiempo se fueron ampliando y mejorando sus instalaciones hasta que llegó un momento de cierta decadencia no solo atribuida a problemas económicos.

En la última década el Náutico de Gandia ha llegado a plantear, impulsado por distintos gobiernos locales, proyectos de enorme envergadura y decenas de millones de euros en inversión. Pero ya hace tiempo que todo aquello se acabó y, adaptándose a los nuevos tiempos, se opta por inversiones mucho más modestas que permitan mantener vivo el club y jugar un mayor papel social.