La ampliación y rehabilitación del Colegio Británico de Gandia y la pista cubierta de baloncesto de Bellreguard han sido seleccionados entre los 50 mejores edificios nuevos construidos entre los años 2014 y 2016, según el listado que elabora el Colegio Territorial de Arquitectos de València (CTAV).

El primero es obra de Enric Zaragozá, un joven arquitecto de València al que la empresa propietaria del centro escolar de modelo británico encomendó el proyecto para convertir el antiguo CSI-COM en un edificio ubicado en el polígono Alcodar de Gandia para albergar a decenas de niños.

El propio Zaragozá explicaba ayer a este periódico que el principal reto a la hora de afrontar el diseño del nuevo colegio era el de trabajar «en un edificio que sufría patologías constructivas, bien por la falta de mantenimiento o por errores en su construcción».

Además, se afrontaba la construcción de una nueva ala, que quedó unida a la ya existente mediante una pasarela.

De ese modo, se concibió un edificio en el que «la prioridad era que todos los espacios fueran productivos, que predomine mucho la luz», explicó. Además, se concibió «de manera atemporal, muy aséptico y tratando de huir de las tendencias arquitectónicas», con el objetivo de que perdure en el tiempo la vigencia estética del proyecto.

En lo que respecta a la pista deportiva de Bellreguard, se da la circunstancia de que el arquitecto, Wenceslao Ibáñez, además, es natural del mismo municipio, por lo que la alegría es doble.

En este diseño se perseguía un doble objetivo: La renovación del pavimento asfáltico y la creación de un nuevo espacio cubierto pero al aire libre, que permitiera la práctica deportiva durante la mayor parte del año. «Quisimos relacionar la infraestructura preexistente con lo nuevo en el marco de una atractiva experiencia visual», según explicó el propio autor del proyecto arquitectónico.

Ibáñez propone una compleja piel metálica que ofrece un juego de transparencias variables según el sol estacional, al igual que permite establecer un diálogo atractivo con el entorno mediante el juego de la luz diurna y nocturna. Como explica el arquitecto Bellreguard «el proyecto es la consecuencia de un proceso de reflexión a partir de una lectura rigurosa del sitio y sus condicionantes socioculturales en un enclave estratégico del municipio», indicó el arquitecto.

Para la concejala de Deportes, Alicia Boigues, «es una satisfacción contar con un infraestructura que, además de cumplir con sus funciones, es un ejemplo del buen hacer arquitectónico valenciano de los últimos años».

El proyecto fue inaugurado el mes de octubre de 2016 y fue abonado con una ayuda de la Diputación de Valencia.