a bombo y platillo anunciaba el gobierno una consulta a los ciudadanos sobre el cambio de usos de Sanxo Llop. Incapaces de ponerse de acuerdo, pretendían pasar la «patata caliente» a los ciudadanos y someter el tema a su opinión con el fin de poder lavarse las manos y decir que ha sido una decisión de los vecinos de Gandia.

Desde el primer momento el Partido Popular se opuso a esta consulta, pues consideramos que cada partido ya expuso su postura en el programa electoral y que, por supuesto, no vamos a cambiarla por una consulta realizada por antojo del gobierno.

La primera de las consultas realizadas por los actuales gobernantes preguntaba sobre la ubicación de la estatua del Tío de la Porra. Las apenas 500 personas que participaron en la misma votaron por volverá situarla al principio del Passeig de les Germanies, casi tres meses aún no se ha cambiado de sitio y después la estatua continúa en los jardines de la Casa de la Marquesa. Este es el caso que hace el gobierno a lo que opinan los ciudadanos.

Tras esta desastrosa experiencia, el concejal de Participación Ciudadana convocó una reunión extraordinaria del Consell de Participació Ciutadana para ratificar el proceso de consulta a los ciudadanos sobre el tema de Sanxo Llop. En este Consell pudimos observar las discrepancias en el seno del propio gobierno, ya que ni ellos mismos se ponían de acuerdo ni en el fondo ni en la forma de dicha consulta.

Pero esto no es lo peor, además se produjo una votación de los presentes (cada vez son menos) en dicha reunión, con lo que se pidió la opinión de colectivos tan importantes para la ciudad como las Fallas, la Semana Santa, los Comerciantes y la Federación de Vecinos. Una vez expuestos los motivos se aprobó con siete votos a favor, tres abstenciones y tres votos en contra la celebración de la mencionada consulta y el calendario para llevarla a cabo.

Pues bien, esta consulta debería realizarse a partir del 22 de mayo, pero no va a ser así porque el gobierno de la ciudad ha dado marcha atrás, desautorizando de este modo al Consell de Participación Ciudadana y dejando en ridículo al propio Consell.

Este gobierno ha despreciado a los miembros del Consell, ya que no ha tenido ni siquiera la delicadeza la educación y respeto necesario para volver a convocar una reunión e informar de la situación. Los representantes de la ciudad se han tenido que enterar a través de los medios de comunicación.

Los «adalides de la participación», los «inventores de la transparencia» los salvadores de la ciudad», se ríen en su propia cara de lo que opinan los vecinos.

Pero la cosa es más grave. José Manuel Prieto, Alicia Izquierdo, Nahuel González y Ciro Palmer, votaron a favor de esta consulta, defendiéndola a capa y espada. ¿Ahora qué? ¿Qué van a decir? Ellos votaron a favor de realizar una consulta que finalmente no se va a realizar por decisión del gobierno. Es decir, de ellos mismos. ¿En qué quedamos? ¡Aclárense!

Lo que ha sucedido es que por un lado el PSOE se ha dado cuenta de que va a defender el sí al cambio de usos de Sanxo Llop y que va a perder esa votación con lo que quedaría en muy mal lugar la alcaldesa. Por otra parte Més Gandia ha visto que esta consulta puede dar lugar a divisiones en el seno de una coalición débil que muestra signos de ruptura, y por otro lado, Ciudadanos. Bueno, Ciudadanos calla y hace, como siempre, lo que le mandan desde el gobierno.

¿Con qué cara van ahora a volver a convocar al Consell de Participació Ciutadana? ¿Para qué van a pedir su opinión si después van a seguir haciendo lo que les dé la real gana? En definitiva: ¿Qué importancia le da este gobierno a la opinión de los gandienses?

El Sr. Nahuel González debería hoy mismo dejar el área de Participació Ciutadana y dedicarse a otros menesteres, ya que, según se demuestra con esta actuación, el gobierno de la ciudad hace caso omiso a las resoluciones del Consell y de sus propias decisiones ya que el propio Sr. González afirmó por activa y por pasiva que esta consulta se iba a realizar. Con esta actuación ha desacreditado al Consell formado por representantes de la sociedad gandiense y ha perdido toda la credibilidad que podía tener.

Malos tiempos para el Consell de Participación Ciudadana, que ha visto como el gobierno de la ciudad le desautoriza y «pasa» de lo que en el seno del consell se aprueba. Es lo que hay.