Aunque la naturaleza no entiende de límites administrativos, repartido entre siete términos municipales de la Safor se encuentra el macizo del Mondúber. Son más de siete mil hectáreas que muchos ayuntamientos intentan promover turísticamente, mediante rutas y recorridos ambientales, pero ninguno hasta ahora había conseguido desnudar ese enorme ecosistema como lo acaban de hacer Òscar Martí y Vicent Cervera, los autores de un libro, «A un tir de pedra», que, en 2010, ya supuso un hito en la difusión de las sendas montañosas de la Safor.

Ahora han acotado aquel espacio solo al macizo del Mondúber y los que le rodean, como el Marjal de la Safor. Y el resultado se ha querido bautizar con el mismo nombre, «El Mondúver a un tir de pedra», que, editada por Bullent, ya es la más completa recopilación de propuestas para adentrarse sin perderse en las inmensas faldas de la sierra.

Dicen los autores que todas las vertientes del Mondúber son accesibles, y a partir de ahí el libro describe con extraordinaria precisión nada menos que 32 rutas diferentes. Lejos de una narración física «El Mondúver a un tir de pedra» se adentra en la historia y la prehistoria de los espacios, en la etnología, la botánica, la orografía, en el aprovechamiento humano de la montaña y de sus recursos, y recoge también fragmentos literarios que dejaron quienes, de una u otra manera, quedaron cautivados por esta u otras montañas.

Y, obviamente, el libro es una guía que revela que el Mondúber, pese a ser un espacio extraordinariamente condicionado por presión humana que lo rodea, es casi inacabable.

Como en el primer «A un tir de pedra» que puso el conjunto de la Safor al alcance de quienes quieran recorrer sus montañas, esta obra sobre el Mondúber también supera, sin dejar de serlo, lo que podría considerarse como un libro de rutas. Mapas, tiempos, puntos de salida y de llegada y referencias visuales ofrecen seguridad permanente a quienes no conozcan esos caminos y permiten descubrir nuevas sensaciones a quienes ya los han hecho.

Todo el macizo del Mondúber es zona protegida, y su primera referencia visual es otro ejemplo de su «humanización». El pico, que preside el área central de la comarca de la Safor, se erige como una inmensa pirámide de roca en cuyas puntas cimeras, a modo de banderillas, sobresale el mar de torres y antenas que, desde los años 60 del siglo pasado, afean su imagen. Es el precio de garantizar que radios, televisiones y telecomunicaciones lleguen a cada rincón de los pueblos que le observan, y mucho más allá.