Los vecinos de Benifairó de la Valldigna han hablado. El Ayuntamiento les dio la oportunidad de que, entre todos, decidieran cómo quieren que sea la plaza más emblemática del municipio, la del Pi Redó, y la gran mayoría lo tiene claro.

Un espacio sin coches y donde la circulación de vehículos sea lo más limitada posible. Esa fue la conclusión de la joranda «El Pi Redó ens necessita», que organizó el Gobierno local de Compromís hace unos días para recoger la preferencia de los vecinos.

En estos momentos, de hecho, el despacho de arquitectura que ha sido contratado por el ayuntamiento para llevar a cabo este proyecto ya se encuentra estudiando todas las propuestas de los ciudadanos que paticiparon para plasmarlas en el diseño que presentará ante el consistorio.

«Muchos coinciden en que hay demasiados coches en la plaza y lo probable es que con el nuevo proyecto se elimine la zona de aparcamiento del centro». Este espacio es el que se encuentra entre el colegio de primaria, Jaume II El Just, y la «escoleta» infantil, uno de los principales motivos por los que la gran mayoría lo prefiere libre de vehículos de motor.

Posiblemente no se peatonalizará completamente el espacio, pero sí que se dará un mayor protagonismo al viandante. La intención, como apuntó el alcalde, Josep Antoni Alberola, es que, acontrario de lo que ocurre ahora que es un punto transitable tanto para entrar como para salir de Benifairó, es que se elimine la dirección de salida y que se habiliten dos calles paralelas para tal efecto.

Respeto a la retirada de puestos de aparcamientos, el propio alcalde reconoce que en la localidad «no existen problemas para estacionar» y menos ahora que el Ayuntamiento va a habilitar una parcela privada como zona de parking para cambiones y coches en un espacio muy próximo a esta plaza.

Otra cuestión en la que casi todos los benifaironeros están de acuerdo es en que el «pi» no quede apartado de la plaza que recibe su nombre y que recupere el protagonismo que merece un elemento tan emblemático en la localidad.

Como ya publicó Levante-EMV hace unas semanas, el Ayuntamiento ha encomendado el proyecto a una empresa que, además de con arquitectos, cuenta con sociólogos y psicólgos. Estos son los encargados de recoger las propuestas de los vecinos y analizar sus preferencias a todos los niveles, tanto estéticos como sentimentales. Y es que, otra cosa no, pero el «pi» tiene un gran peso nostálgico en la población, pues bajo la copa de ese árbol (replantado en varias ocasiones), han sido muchas las generaciones que han crecido jugando, correteando o simplemente sentándose a charlar. No en vano, decenas de personas acudieron a la llamada del consistorio y participaron en las actividades preparadas entorno al pino

Para llevar a cabo las futuras obras, el ayuntamiento espera contar con las ayudas que la Diputación de València destina a proyectos.