Esta misma semana se cumplen dos años desde las últimas elecciones municipales, las que descabalgaron al PP de muchas alcaldías en la comarca de la Safor, algunas de ellas históricas. En unas semanas, concretamente el 13 de junio, se celebra el segundo aniversario desde que arrancara la legislatura. Fue exactamente ese día cuando el mapa de la gobernabilidad pasó de un predominante azul popular en la mayoría de los municipios, al rojo anaranjado del PSPV y Compromís (en algunos casos con un toque de verde de EUPV) que conquistaba algunos enclaves.
Los pactos de gobierno se cerraron en varios municipios, entre ellos Gandia, pero en cuatro de ellos, Bellreguard, Xeraco, el Real de Gandia y Beniarjó, se hizo con una condición principal: Que la alcaldía fuera compartida entre los dos partidos a lo largo de la legislatura, dos años para el candidato del PSPV y otros dos para el de Compromís. En el caso de Bellreguard se alargó a los dos años y medio para socialistas y 18 meses para nacionalistas por la proporcionalidad de ediles en la corporación.
Llegado el ecuador del mandato es el momento de que la vara de mando cambie de mano. En Xeraco, el Real y Beniarjó el relevo se producirá entre la segunda y la tercera semana de junio, mientras que Bellreguard lo deja para finales de septiembre.
Cambian los nombres pero, en principio, no las políticas. Los partidos firmaron un pacto válido tanto cuando está un partido ocupando el despacho principal del ayuntamiento como el otro, por lo que el principal reto de cara a los próximos dos años será el de mantener la estabilidad y confirmar la lealtad que ha imperado en este primer tramo de la legislatura, en el que todos los gobiernos de coalición han conseguido mantenerse firmes a pesar de algunas diferencias entre dos partidos, o más, que en dos años volverán a enfrentarse en las elecciones.
Todos reconocen que han tenido sus «discrepancias», pero también que los concejales de los dos partidos han estado lo suficientemente a la altura como para llegar a consensos y evitar que esas diferencias fueran insalvables.
Con el cambio que se avecina en estos municipios no se va a producir una variación del mapa político en la comarca y ambas formaciones seguirán manteniendo el mismo número de alcaldías. Dejan el cargo dos del PSPV (Bellreguard y Beniarjó) y el relevo es a la inversa en el caso del Real y Xeraco.
El primer municipio en que tendrá lugar el traspaso será el Real de Gandia. El pleno en el que se elegirá como nuevo munícipe al socialista Gustavo Mascarell será el próximo 15 de junio, tras la renuncia pactada de la nacionalista Marta Signes.
En esta localidad, el PSPV sacó cinco concejales mientras que Compromís solo uno, la actual alcaldesa. El pacto dejó fuera del Gobierno local al PP liderado por Vanessa Martínez, quien perdió la mayoría absoluta con la que estuvo al frente del Ejecutivo a lo largo de la anterior legislatura.
De sus dos primeros años al frente de su consistorio, Signes hace un balance «muy positivo» porque, «Compromís ha podido hacer visible sus políticas». Otra de las cuestiones que más destaca es que «hemos formado un buen equipo de trabajo, que nos hemos llevado muy bien, y eso nos ha permitido ejecutar todos los proyectos desde el consenso y siempre trabajando por las personas».
A partir de junio, la nacionalista se pone al servicio del nuevo alcalde para seguir cumpliendo el pacto de gobierno progresista.
Su sucesor es Gustavo Mascarell, hermano de otro conocido miembro del PSPV en Gandia, Vicent Mascarell, actual coordinador de Urbanismo en el ayuntamiento de la capital comarcal.
En palabras a este periódico, el futuro alcalde del Real asegura que su intención es la de «seguir cumpliendo el acuerdo que alcanzamos, priorizando los asuntos que sean buenos para las personas de nuestro pueblo».
Para Mascarell, lo de menos es quien sea el alcalde porque «somos un equipo de seis personas en el que no hay protagonismo del primer edil, sino que se trabaja de forma conjunta y consensuada». Respecto a su antecesora está seguro que no tendrá problema en ayudarle si en algún momento necesita de su consejo para afrontar alguna situación especial.
El siguiente relevo se producirá en Beniarjó. Será el 17 de junio y, en este caso, el socialista Víctor Escrivà cederá la vara de mando al nacionalista Marc Estruch.
Las elecciones de mayo de 2015 dejaron en esta localidad un empate a tres entre Compromís y el PSPV, que pactaron para acabar con 20 años de gobierno del PP (también tres ediles) en manos del exalcalde y ex de la diputación, Salvador Enguix.
De este bienio, el alcalde saliente destaca la capacidad de las dos formaciones progresistas para trabajar conjuntamente y «superar las posibles discrepancias que hayan podido surgir con diálogo y consenso». Hace, por tanto, una valoración «positiva» del acuerdo con sus socios, en tanto que «hemos logrado desbloquear proyectos que habían estado estancados muchos años y que eran muy reclamados por los vecinos».
Habla de cuestiones como el puente entre el Real y Beniarjó, cuyas obras está previsto que empiecen en breve, acabar con el problema de inundabilidad entre su municipio y Beniflà, reasfaltado de calles, reparación de la piscina municipal tras 35 años sin ninguna actuación o el cambio del alumbrado público, entre otras cuestiones.
El futuro alcalde es Marc Estruch. El nacionalista afirmaba a Levante-EMV que piensa seguir una línea «continuista» en el sentido de que «hay que acabar aquellos proyectos que hemos iniciado y también poner en marcha otros que acordamos en el pacto de gobierno». Sobre los dos primeros años de legislatura hace un balance positivo y destaca importantes proyectos llevados a cabo como el banco de alimentos o el plan de igualdad.
El 21 de junio se producirá el cambio de alcaldía en Xeraco. Francesc Serralta (Compromís), pondrá fin a una etapa de cuatro años al frente de la localidad -dos de esta legislatura y dos de la anterior- para dejar paso a Pepe Tejada, del PSPV. Estos dos partidos comparten gobierno con EUPV y su portavoz, Ivan de los Ángeles.
Para el munícipe saliente, los dos primeros años de esta legislatura junto a los socialistas ha funcionado como se esperaba. «Éramos conscientes de que debíamos apostar por que el pacto de izquierdas saliera bien», señaló. El nacionalista deja su puesto a Tejada «con la esperanza de que todo lo que hemos apuntalado no desfallezca». Para Serralta suponía un «reto» mantener un gobierno tripartito, algo que, de momento, se ha logrado. Sobre su gestión económica, apunta que «teníamos claro que iban a focalizarse todos nuestros esfuerzos a la cuestión económica».
Su sustituto es un novato en política que ha aprovechado estos dos primeros años «para ir aprendiendo día a día». Asegura que mantiene una buena relación personal con Serralta desde hace años y que «no dudaré en pedirle consejo si lo necesito y sé que será el primero en ayudarme». Valora positivamente el pacto entre las tres fuerzas progresistas de Xeraco y señala que «somos siete personas que nos llevamos muy bien entre nosotros».
En Bellreguard, el cambio al frente del consistorio está previsto para el próximo 30 de septiembre. El alcalde saliente en este caso es Joan Marco, del PSPV, que cuenta con cuatro ediles y le sustituirá la frente del consistorio Àlex Ruiz, de Compromís, con dos concejales. En la pasada legislatura, estos dos partidos también tenían mayoría para gobernar pero no lograron alcanzar un pacto.
Tras el 24M, ambos partidos vieron la necesidad de llegar a un acuerdo para sacar del gobierno al PP presidido por Jaume Ascó.
Los dos partidos hacen un balance positivo del pacto y destacan el gran grado de cumplimiento de los acuerdos que se firmaron en el pacto y las acciones que se han llevado a cabo.
