Pavor. Eso fue lo que sintieron algunos vecinos de Oliva cuando ayer al mediodía se encontraban tomando algo sentados tranquilamente en la terraza de una cafetería de la calle Ausiàs March y vieron cómo un coche, un Opel Astra de color gris, se acercaba hacia ellos a gran velocidad y chocando contra otros vehículos que se encontraban estacionados, al tiempo que iba perseguido por la Guardia Civil.

Era prácticamente el final de una huida que arrancó mucho antes, en la carretera Nazaret-Oliva a la altura de Piles, y que acabó cuando los ocupantes del coche en cuestión (se desconoce si era uno o más) lo abandonaron en plena calle y emprendieron una huida a pie.

Según ha podido saber este periódico, todo empezó en un control de tráfico rutinario de la Guardia Civil a la altura de la localidad de Piles sobre las 12 del mediodía. Los agentes dieron el alto a este vehículo como anteriormente lo habían hecho a muchos otros. Sin embargo, el comportamiento del conductor del Astra fue sustancialmente distinto. Lejos de obedecer la orden de los agentes, se dio a la fuga y emprendió una huida que les llevó a cruzar las localidades de Piles y Miramar hasta llegar a Oliva.

Todo ello perseguido por los agentes de la Guardia Civil. Esta patrulla dio aviso a otra de la ciudad de Oliva, que esperaba al vehículo a la entrada. Pero la presencia policial tampoco amilanó al conductor, que no dudó en esquivar este segundo control para proseguir con su escapada por las calles del casco urbano.

Prácticamente acechado por los agentes, el ocupante del vehículo se metió por la calle Ausiàs March, en dirección prohibida, con el peligro que eso podía suponer para los posible vehículos que llegaran de frente.

Fue en esa vía donde colisionó con varios coches que se encontraban aparcados, según los testigos que presenciaron los hechos. El balance de daños asciende a ocho vehículos con desperfectos en total a lo largo de la huida.

Finalmente, al llegar a la zona alta de Oliva, los ocupantes abandonaron el coche y emprendieron su huida a pie. La Guardia Civil estableció un operativo de búsqueda pero, al cierre de esta edición, no se había producido ninguna detención.

Los agentes pudieron comprobar que en el interior del vehículo, que figura a nombre de un vecino de Oliva y del que no consta que se haya denunciado su robo, no había nada que, en principio, pudiera incriminar en un posible delito a su ocupante.

Es por ello que se ha abierto una investigación para tratar de dar con la persona que conducía y también el porqué de su actitud cuando los agentes de la Guardia Civil le dieron el alto.

Pese a la temeridad y el peligro que supuso su circulación por las calles de Oliva en dirección prohibida, no hubo que lamentar heridos. Si bien, una ambulancia se tuvo que desplazar hasta la calle Ausiàs March, donde atendió y trasladó al centro de salud a una mujer mayor y una niña que sufrieron ataques de ansiedad tras la terrorífica situación que vivieron al ver pasar el coche cerca de ellas. Las dos se encontraban en la terraza de la cafetería.