El tramo de la N-332 comprendido entre Oliva y el término municipal de Dénia está acumulando en muy poco tiempo una serie de trágicas noticias que, además de generar estupor y asombro, llevan camino de situarlo como un nuevo punto negro de las carreteras valencianas.

El pasado 7 de mayo una conductora de Gandia que dio positivo en alcohol y drogas arrolló y mató a tres ciclistas de Xàbia, suceso que generó una gran conmoción, tanto en esta comarca como en la de la Marina.

Casualidades de la vida, a escasos cinco kilómetros de allí, anteayer domingo, otro conductor de 25 años, de Ondara, drogado, se dio a la fuga y fue detenido tras atropellar y matar a otro ciclista de 32 años, natural de Senija y residente en Benissa.

Y, para colmo, a las 14.30 de ayer, casi al mismo tiempo que el juez de Gandia enviaba a prisión al joven de Ondara, un camión y tres coches resultaban implicados en el cruce de la N-332 con la carretera que conduce a Pego, donde se encuentra Interfruit.

El balance, aunque sin fallecidos, también resultó trágico. Seis personas, entre ellas un bebé de apenas dos meses, tuvieron que ser atendidas por la Guardia Civil y los servicios médicos desplazados al lugar y, después, trasladados a los hospitales de la Marina Alta y de la Safor.

Según informa el servicio de emergencias de la Generalitat, al lugar acudió una ambulancia del SAMU, dos unidades de Soporte Vital Básico y una de Transporte No Asistido.

Hasta el hospital de la Marina, en Dénia, se trasladó a un hombre de 91 años con policontusiones y otro de 38 años por un fuerte dolor en la espalda. Además, resultaron heridas otras cuatro personas, todas ellas de una misma familia. Se trata de una mujer de 32 años con herida y golpe en la cabeza. Un hombre de 38 años sufre abrasión en el hombro, un niño de tres años con contusión abdominal y conmoción y una bebé de dos meses con un golpe en la cabeza. Todos ellos fueron llevados al hospital Francesc de Borja de Gandia.

Esta sucesión de accidentes graves, pocas veces vista antes, sitúan el tramo Oliva-Dénia de la N-332 como un auténtico punto negro de la red viaria valenciana, con un balance que, solo en el último mes y medio, arroja una decena de heridos y la friolera de cuatro personas fallecidas, todas ellas ciclistas.

El alcalde de Oliva, David González, al tener conocimiento del suceso de mediodía de ayer, recordó que justo en ese punto el Ministerio de Fomento inició en 2015 las obras de un proyecto para ordenar el tráfico consistente en eliminar dos intersecciones peligrosas y construir un paso elevado que evitaría la confluencia del tráfico procedente de Pego y el que circula por la N-332.

Los trabajos, valorados en 1,2 millones de euros, quedaron paralizadas debido a un desfase de los precios que obliga a una modificación del proyecto y a reiniciar los trámites. «Año y medio después, el modificado aún está por redactar, y no será porque no hemos insistido e insistimos todas las semanas», se lamentó el alcalde olivense, quien concluye que «por desgracia, hay hechos de sobra que demuestran la urgente necesidad de esta obra».