Se acabó actuar solo de palabra. La Policía Local de Tavernes de la Valldigna ha pasado de los avisos a los hechos y ha empezado a aplicar a rajatabla las ordenanzas municipales que regulan la convivencia en la localidad.

La orden para este cambio de actitud ha surgido directamente de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, dirigda por la edil Llum Sansaloni, ante el alud de quejas que venía recibiendo en los últimos meses por la suciedad de las calles, la presencia de perros sueltos o los malos olores que emanaban de los contenedores de basura ante la el vertido de desechos fuera del horario fijado.

Así, según ha podido saber este periódico, la Policía Local ha cursado en solo una semana más de 80 sanciones a vecinos que incumplían alguna de las ordenanzas previstas. Entre las infracciones más cometidas están las de llevar a sus perros sin correa, que es el comportamiento que más expedientes ha recibido o dejar muebles viejos y otros trastos en la vía pública los días no habilitados para ello. También ha habido sanciones para quien no recogía los excrementos de sus mascotas.

Según fuentes consultadas por este periódico, las actuaciones se han llevado a cabo dentro de la filosofía de «tolerancia cero» con los que hacen caso omiso a las ordenanzas y después de mucho tiempo en el que los agentes se han dedicado a «avisar» o hacer más pedagogía.

Una vez comprobado que esta práctica no funciona y que de forma reiterada los vecinos siguen incumpliendo una y otra vez las normas básicas de convivencia, el ayuntamiento ha optado por hacer lo que marcan esos textos normativos.

En Tavernes, la basura no se puede depositar en los contenedores hasta las 21 horas y hasta la medianoche. Todo lo que sea hacerlo fuera de ese horario está incumpliendo la ordenanza. En el caso de los animales de compañía, existen tres zonas en el municipio en que los perros pueden ir sin correa y en horarios concretos. Estas son la zona del «muro», en la falta de la montaña de les Creus, la avenida Corts Valencianes, es decir, junto al río Vaca, y el gran parque canino que existe en los Sequers, donde, por cierto, el ayuntamiento ha instalado nuevos elementos de diversión para los canes.

Aunque desde el ayuntamiento son conscientes de lo impopular que resulta la mano dura de la multa contra los incumplidores, a su vez están convencidos de que con esta nueva filosofía están haciendo un gesto con los que se esfuerzan en cumplir las ordenanzas y también dan respuesta a aquellos que de forma continuada muestran sus quejas por las malas prácticas de algunos de sus conciudadanos.