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Viaje a la represión franquista

Oliva organiza una expedición al cementerio de Paterna, donde yacen 47 de sus vecinos fusilados tras la Guerra Civil

Mezquida explica a la expedición olivense las características de las fosas, ayer en el cementerio de Paterna, ante el memorial de las víctimas. j. c.

Pasadas las ocho y media de la mañana de ayer arrancaba desde Oliva el autobús fletado por el ayuntamiento camino al cementerio de Paterna, donde 2.238 personas víctimas de la represión franquista tras la Guerra Civil (1936-1939) fueron fusiladas y permanecen enterradas en un centenar de fosas comunes.

La expedición olivense estaba prevista desde hace días con un doble objetivo. El primero, que los familiares de las víctimas pudieran conocer, si no lo habían hecho ya, las características del camposanto, y, en segundo lugar, ponerlas en contacto para, en el que caso de que estén interesados, recuperen sus restos a través de las campañas de exhumaciones que está promoviendo la Diputación y la Generalitat en el marco de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Congreso.

En el autobús viajaban 46 personas, muchos familiares, pero también historiadores, miembros de la Associació Progrés i Solidaritat d'Oliva y representantes políticos como el alcalde, David González, y los concejales Àlex Salort y Vicent Canet. En Paterna se unieron algunos olivenses más.

Al llegar, la comitiva fue recibida por el primer teniente de alcalde Paterna, Juan Manuel Ramón, de Compromís. «Es triste que tengamos que ser conocidos en toda España por esto», comentó el edil.

El estudio del historiador Vicent Gabarda «Els afusellaments al País Valencià (1938-1956)» ha sido la base para determinar la lista de personas represaliadas. De Oliva fueron 47 los ejecutados en Paterna, aunque también hay 11 fusilados en el cementerio de Gandia y ocho en el de Sueca.

Se trata de un porcentaje de represión alto, propio de poblaciones donde hubo fuerzas políticas de izquierda potentes al amparo de una actividad agrícola, industrial o sindical importante.

Tras la autorización judicial, el pasado 18 de abril arrancaron las exhumaciones de dos fosas comunes en Paterna, la 82 y la 113. La Diputación concedió una subvención de 120.000 euros y adjudicó los trabajos a la asociación científica ArqueoAntro. El director de este equipo es precisamente un olivense, Miguel Mezquida, así que ayer fue el mejor guía posible para explicar y resolver pacientemente las dudas que surgieron a los familiares.

Tras un recorrido por el cementerio la expedición bajó al llamado «Terrer» o «Paredón de España», el muro en el que el pelotón ejecutaba a los presos condenados a muerte, con su posterior tiro de gracia. Situado a unos 500 metros, está protegido y en vías de ser rehabilitado, ya que la tierra acumulada y los escombros no dejan ver sus dimensiones originales. Con todo, la parte más impactante llegó cuando el equipo de ArqueoAntro abrió la fosa 113, a la que se fueron asomando los asistentes. Hasta el nivel excavado se podían observar los esqueletos y cráneos, amontonados y maniatados tal y como fueron tirados.

Ya en el viaje de vuelta se repartió a los familiares interesados un formulario para ponerse en contacto. La ventaja es que ya hay una asociación creada, Progrés i Solidaritat. «Lo importante de este día -señala su presidente, Vicent Fuster- es que no se apague la llama, conseguir exhumar todos los cadáveres, tener un banco de ADN por parte de los familiares para localizar en el futuro al máximo número posible de los fusilados y retornarlos, si este es su deseo, a Oliva». Fuster pide la implicación de las administraciones públicas en la recuperación de los cadáveres: «Nos acordamos de los familiares siempre, no sólo cuando hay subvenciones, pero hasta ahora hemos tenido muchos impedimentos para iniciar procesos como este».

El alcalde de Oliva apuntó que esta visita «marca un punto de inflexión» y recuerda que es una acción más a raíz del último acuerdo plenario para recuperar la memoria histórica. Respecto a traer los restos, González recalca que «la primera y última palabra la tienen los familiares, pero desde el ayuntamiento estaremos siempre acompañándoles y apoyándoles en todo lo que sea necesario».

Movilización en Tavernes

Este proceso ha surgido también en otras poblaciones. En Tavernes de la Valldigna se está gestando un movimiento para dar con los familiares de los 58 valleros que fueron fusilados en Paterna. Se sabe que 12 de ellos están en la fosa 112, donde se depositaron dos sacas de 50 personas cada una. Una de sus promotoras es Carmen Gómez, nieta de Vicente Gómez Marí, que fue alcalde republicano entre 1931 y 1934. Recientemente el ayuntamiento decidió dedicar a su nombre el paseo dels Sequers.

Por otra parte, en Villalonga se ultima un homenaje a Rosa Estruch Espinós, alcaldesa durante la guerra. Fue condenada a 15 años de prisión e internada en el sanatorio de la Malva-rosa, donde murió en 1978. Está enterrada en el Cementerio de València en una fosa común, por su expreso deseo. El 14 de julio está previsto inaugurar una calle con su nombre.

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