Los propietarios de los puestos del mercadillo de verano que se instala en la playa de Daimús han enviado un escrito al ayuntamiento en el que se quejan del cambio de ubicación que ha decretado este año el propio consistorio. En el mismo, los comerciantes dicen, primero, recibir «un trato discriminatorio» y, además dicen sentirse «manipulados y estafados, ya que consideramos que esta actuación nos perjudica, tanto en el aspecto económico como de condiciones laborales».

En concreto, hasta el año pasado este mercadillo se instalaba en la primera línea de la playa y este año han sido trasladados a una zona próxima al polígono. Según los propietarios de las paradas, esta zona está «llena de escombros, ratas y mosquitos», algo que, apuntan «también afecta a los clientes». Además, señalan que, debido a este cambio, «hemos pasado de 200 a 49 puestos». Por último, los comerciantes denuncian que en su nueva ubicación «pagamos como mercadillo de playa pero en realidad estamos en un polígono industrial».

El alcalde, Javier Planes, respondió, a preguntas a este periódico, que el cambio se decidió ante las molestias que causaba en el anterior emplazamiento. «Estaba en primera línea de la playa, una arteria principal que teníamos que cortar y eso ocasionaba mucho caos, además impedía el paso a los garajes de los edificios». Además, el primer edil negó que haya escombros, insectos y ratas. «Eso es mentira», dijo tajante, y aseguró que los comerciantes están «en las mismas condiciones».