El Ayuntamiento de Barx acaba de recibir un contundente revés por parte de la justicia. El motivo son las molestias que generaba el centro social del polideportivo ubicado de La Drova. El consistorio tendrá que indemnizar con 30.000 euros a los denunciantes (3.000 a cada uno de ellos), cinco familias que presentaron la demanda el verano de 2016 hartas de soportar las cenas que se celebraban en la instalación deportiva hasta altas horas de la madrugada y durante varios años, sobre todo los veranos del fin de semana.

La juez que ha estimado el recurso contencioso administrativo acepta el argumento de los vecinos de que el ruido vulnera «los derechos fundamentales, la integridad física y moral, así como la intimidad de los recurrentes», señala el fallo de la sentencia a la que ha tenido acceso Levante-EMV.

Las molestias vienen de lejos. La primera queja formal ante el ayuntamiento se produjo en octubre del año 2012. Después de esa llegaron muchas otras reclamaciones, hasta once, entre el 2013 y 2015. Esta situación provocó que el propio ayuntamiento, en julio de 2013, obligara a los gestores de la instalación, un grupo de vecinos de la Drova, a presentar una auditoría acústica «en el plazo de 15 días». Esta, sin embargo, no llegó hasta más de seis meses después, en enero del 2014.

El estudio confirmó que la actividad del polideportivo generaba ruido por encima del permitido, tanto de día como de noche. A su vez, proponía, según la sentencia, «que las actividades se limiten al periodo diurno, de 8 a 22 horas» y que el kiosko se cambiara de ubicación y pasara a un espacio más alejado de la zona vecinal.

Pese a todo, las molestias no cesaron, entre otras porque se incumplía el horario, y ello obligó a los vecinos a recurrir a la justicia.

Según se recoge en la sentencia, un técnico municipal propuso, en diciembre de 2013, el cierre de la actividad debido al retraso en la presentación del informe acústico. Unos meses más tarde, en marzo de 2014, el ayuntamiento, por decreto, fijó como horario de cierre las 22 horas y la clausura de la cafetería hasta que resolviera los problemas acústicos. Los gestores, sin embargo, presentaron en junio de ese mismo año otro estudio acústico en el que se indicaba que ya cumplía con los parámetros de ruido. Pese a ello, las quejas siguieron.

En 2016, el ayuntamiento adquirió los terrenos y pasó a tomar las riendas de la instalación. Entonces se construyó un centro social, ya de obra, en el que siguió la actividad. Tras una reunión con los vecinos, el gobierno local de Ciudadanos y PSPV, propuso que entre semana el bar cerrara a las 22 horas y en fin de semana a la 1.

Según se recoge en la sentencia, mediciones realizadas el verano pasado, ya en manos del consistorio por tanto, recogía niveles por encima de los permitidos. Fue entonces cuando los vecinos denunciaron.

Cercena el derecho al descanso

La juez admite el recurso porque «pese a las demandas formuladas desde 2012, no consta que el ayuntamiento haya adoptado las medidas necesarias para hacer cesar la molestia a los actores, que ven cercenado su derecho a vivir con tranquilidad y descanso».

Adela Donet, exconcejala del gobierno de Barx ahora en el grupo mixto, quien reveló la existencia de esta sentencia, criticó ayer la «prepotencia del alcalde», Miguel Donet, «que se reunió con los vecinos y no quiso escuchar sus peticiones». Según explicó ayer ella misma, estos «le propusieron que si cerraba siempre a las 22 horas no denunciarían pero no les hizo caso y ahora estamos en esta situación».

Por su parte, el alcalde, Miguel Donet, dijo ayer que «es algo que viene de atrás y nos ha tocado a nosotros pagar». Señaló que si el ayuntamiento decidió gestionarlo fue precisamente, para evitar esta situación y que «el año pasado no hubo ni una queja». El primer edil aseguró que esa situación se produjo porque «los antiguos gestores no respetaban los horarios fijados por el ayuntamiento». También que, el pasado verano, «nos reunimos con los vecinos. Unos querían cerrar a las 22 horas siempre y otros que todos los días se alargara hasta la 1. Lo que hicimos fue fijar un término medio y ampliar el cierre solo en fin de semana». Este horario, dijo Donet «sí que se cumplía a rajatabla». Este verano solo abre de día.