? Jolgorio, niños jugando y, en ocasiones, hasta fiesta con música. Eso es lo que vivían cada noche de fin de semana los vecinos que demandaron al ayuntamiento por un ruido que no les dejaba ni vivir tranquilos en su propia casa.

Una de las denunciantes, cuya vivienda está muy cerca del polideportivo de La Drova, atendía ayer a Levante-EMV y aseguraba que «aquí no se podía dormir, esto era infernal».

La vecina reconoce que a los denunciantes «no nos molesta la actividad deportiva diaria sino las fiestas nocturnas que organizaban». Por ello, pedían que cerrara a las 22 horas.

Otro problema, aseguraba la mujer, era que «aparcaban aquí, en el camino de al lado de mi casa, que se llenaba todo de coches». Es más, indicaba que cuando las familias acudía a recoger sus vehículos para marcharse «escuchaba todas las conversaciones, hasta cómo iban a hacerse la paella del domingo», dijo la mujer.

La vecina explicó que durante unos años fueron los propietarios gestionaron la instalación durante un tiempo pero que «después lo cedimos». Desde el año pasado es el Ayuntamiento de Barx el que lleva las riendas de este espacio. En la puerta, un cartel aún anuncia la construcción del centro socio cultural y deportivo por un importe de 107.000 euros sufragados por la Diputación de València. Ayer por la mañana, el centro estaba cerrado, como pudo comprobar Levante-EMV.