El Gobierno local de Oliva acaba de dar el último paso para que la urbanización Aigua Blanca IV de la playa, cuyas obras están paralizadas desde hace casi diez años y motivo de un constante quebradero de cabeza administrativo, esté acabada dentro de trece meses.
Según informaron los portavoces de los cuatro grupos del Gobierno local, el próximo 4 de septiembre se retoman esas obras, adjudicadas a la empresa Elecnor por 1,1 millones de euros, setecientos mil euros menos que el presupuesto base de licitación. La rebaja, del 39%, ha tenido que ser analizada por los técnicos municipales antes de que se adjudicara definitivamente.
Un total de 14 empresas constructoras se presentaron al concurso que supone, de hecho, el último paso que los propietarios esperaban para poner fin al calvario que han sufrido durante más de una década debido a fallos, errores y causas judiciales atribuibles tanto al ayuntamiento como a la empresa que se quedó inicialmente estas obras.
Aigua Blanca IV cuenta con una superficie de 57.300 metros cuadrados en las que saldrán 46 parcelas aptas para construir residencias en baja densidad.
Las obras comenzaron en noviembre de 2006, y un año después fueron paralizadas por el contratista, Midascon. La elaboración del modificado del proyecto necesario para retomar las obras se prolongó en el tiempo, la empresa contratista entró en concurso de acreedores y el juez de lo mercantil de València impidió cualquier actuación en ese lugar.
Todo ello, sumado a multitud de errores, tales como la ausencia de contratos con los proyectistas y la dirección facultativa, haber iniciado las obras sin convenio con Iberdrola, haberse realizado una liquidación irreal de las obras, o haber obviado la aprobación del Plan Parcial del sector, han demorado durante años la reanudación de las obras de esta urbanización.
Compromís, Projecte Ciutadans d'Oliva, Gent d'Oliva y EU-Acord Ciutadà, los cuatro partidos que forman el Gobierno local, se fijaron como objetivo acelerar los trámites para poder concluir la urbanización, y desde el primer momento llevaron a cabo las gestiones administrativas necesarias.
Si no surgen problemas, ahora ya hay fecha para que todo acabe. El ayuntamiento cerrará un capítulo negro de su gestión urbanística y los propietarios, sin duda los sufridores de esta historia, dispondrán de sus solares.
