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El modelo que empieza a dar resultados en Carrícola

Los vecinos echan los residuos orgánicos en compostadoras y después éstos restos son tratados en una planta de compostaje

El modelo de recogida y tratamiento de los residuos orgánicos que plantea el COR funciona desde hace más de un año en Carrícola. El pequeño pueblo de la Vall d'Albaida „no llega al centenar de habitantes„ puso en marcha en febrero del 2016 el proyecto Carrícola Compost, un modelo sostenible de recogida de residuos que apuesta por el respeto al medio ambiente y conservación del territorio.

El modelo Carrícola consiste en que las familias seleccionan y separan en sus hogares los residuos orgánicos, que depositan en unas compostadoras ubicadas en las calles de la localidad. Los trabajadores municipales recogen dos veces por semana „en verano tres„los residuos de estos contenedores y los trasladan a la planta de compostaje, donde se tratan y controlan los restos recogidos. En la planta, los trabajadores municipales realizan un triaje, separando los restos que no son biodegradables. Los residuos óptimos para el compostaje se mezclan con restos de poda, necesario para obtener el compost homogéneo, que es reutilizado después en campos agrícolas y jardines.

Carrícola puso en funcionamiento hace unos meses en una parcela municipal la planta de compostaje, construida por la empresa Recisa y que cuenta con un espacio para la recepción y almacenaje de los residuos en una solera de hormigón que tiene una pendiente, construida para evacuar los lixiviados. En la planta se tratan y mezclan los restos orgánicos con restos de poda y estiércol, formando pilas de residuos que se voltean, con una máquina volteadora, para airearlos y controlar la temperatura y la humedad.

El compost resultante del proceso será puesto a disposición de los vecinos para que lo reutilicen. La alcaldesa de Carrícola, Susana Cháfer, explicó ayer a Levante-EMV que «en un mes o mes y medio está previsto que obtengamos el primer compost tras poner en marcha el proceso. Lo pondremos en la plaza del pueblo para que los vecinos pasen a recogerlo y lo reutilicen en sus jardines o huertos, de este modo cerraremos el ciclo».

Modelo «extrapolable»

Cháfer señaló que en Carrícola se recogen una media de 700 kilos de residuos orgánicos al mes y puso de manifiesto «la gran concienciación de los vecinos», que se han volcado con el proyecto. La primera edil reconocía que el modelo es «un proceso lento», pero evidenciaba que en el municipio la respuesta de los vecinos ha sido muy positiva ante un modelo en el que la recogida en origen, en las viviendas, es esencial. Cháfer remarcó que «la gente mayor y las mujeres están muy concienciadas» y afirmó que, tras consolidarse el modelo en Carrícola, éste «es extrapolable» a otros pequeños municipios.

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