Las playas de Tavernes de la Valldigna, Xeraco, Gandia, Daimús, Guardamar, Bellreguard, Miramar, Piles y Oliva, es decir, todas las de la comarca de la Safor, recibirán una ayuda económica por parte de la Diputación de València con el objetivo de desestacionalizar el turismo de estas zonas.

Se trata de un programa que sustituye a las subvenciones que se otorgaban por disponer de las banderas «Q» de calidad que otorga el ICTE.

Se trata de una inyección total de 309.000 euros que se repartirá también entre otras zonas costeras de la provincia de València para tratar de que atraigan público no solo durante los meses de verano sino también en el resto d estaciones, ya que eso generaría economía a los negocios que operan en estas playas.

«Nuestra prioridad es activar, turísticamente, las economías locales de los municipios costeros con playas, también en meses no estivales. Hay que ofrecer productos turísticos que capten el interés de los visitantes y para ello, nada mejor que acudir a la excelencia de productos turísticos autóctonos, tal como abandera el programa 'Del Tros al Plat' coordinado por València Turisme y desarrollado con la colaboración de instituciones públicas y agentes privados», señaló la diputada de Turismo, Pilar Moncho, que, a su vez, es vicepresidenta del Patronat de Turisme.

Para avanzar en la convocatoria del nuevo plan de ayudas, el Patronat organizó una reunión de trabajo con concejales y técnicos de Turismo de los municipios que recibirán esta subvención.

«Las aportaciones y sugerencias de los representantes locales nos ayudan a mejorar la convocatoria de ayudas, cuyo fin último es equipararla a todas las bases de subvenciones que abrimos con criterios objetivos y técnicos, porque queremos erradicar la discrecionalidad», puntualizó Moncho.

La desestacionalización, es decir, que las playas puedan ser un motor económico durante todo el año y no solo en verano, es un viejo anhelo que persiguen aquellos municipios costeros. No en vano, la mayoría de ellos cuando llega el mes de septiembre se convierten en territorios desiertos, lo que obliga a muchos negocios a tener que cerrar sus puertas.