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Queman 17 contenedores en una sola noche en la playa de Daimús

Los autores despistaron a la policía y los bomberos con el incendio en un cañar y después fueron prendiendo los depósitos

Queman 17 contenedores en una sola noche en la playa de Daimús

Un total de 17 contenedores ardieron la madrugada del miércoles al martes pasado en la playa de Daimús. Fue, según apuntan todas las sospechas, la acción de unos vándalos que no tuvieron mejor ocurrencia para divertirse esa noche. Uno tras otro fueron encendiendo los depósitos de botella y papel hasta que, en algunos casos, quedaron reducidos completamente a la nada.

Los hechos empezaron, según explicó ayer el alcalde, Javier Planes, alrededor de las 3 de la madrugada. Todo se inició en unas cañas de una parcela del término municipal de Daimús. Fue un señuelo. Mientras los bomberos y la Policía Local trabajaba para acabar con las llamas en este punto, los vándalos empezaron a prender los contenedores en distintos puntos de la playa.

Con los servicios de emergencia ocupados en el primer fuego que, probablemente, provocaron los mismos que causaron los incendios en los contenedores, contaron con toda la impunidad para poder actuar en los 17 depósitos que dejaron inservibles.

Desde el ayuntamiento ya han presentado denuncia ante la Guardia Civil, que está investigando los hechos para tratar de dar con los causantes de estos destrozos, que, además, tendrán un importante coste económico para le empresa que se encarga de la gestión del reciclaje.

El alcalde enmarca esta acción en un acto de vandalismo puro y duro y no cree que detrás haya ninguna otra cuestión.

El ayuntamiento también ha pedido la colaboración ciudadana para tratar de dar con los autores de estos hechos. «Esperemos que se alguien vio algo lo comunique para poder ayudar a la investigación que está llevando a cabo la Guardia Civil», señaló.

Este verano no se había producido ningún acto vandálico en Daimús, por lo que se trata de un hecho puntual que, eso sí, ha indignado al alcalde Planes que espera que los agentes acaben dando con los responsables, que, por otra parte, podrían haber causado mucho más daño.

Parece ser que las vacaciones de verano son propicias para el vandalismo. Ha ocurrido ahora en Daimús pero también lo ha sufrido este verano Benifairó de la Valldigna. Hace unas semanas este periódico publicaba la acción que un grupo de personas había llevado a cabo en la piscina municipal, donde incluso llegaron a lanzar excrementos. También doblaron una ducha, tiraron un manto de césped artificial, un bocadillo y otros elementos.

En esa misma localidad, no hace mucho, también amanecieron, durante dos fines de semana seguidos, sendos contenderos de plástico volcados. En Tavernes de la Valldigna, el ayuntamiento se vio obligado a sustituir una fuente en cinco ocasiones en apenas dos semanas. Era instalara y al día siguiente o los dos días ya estaba destrozada.

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