Ya se sabe para qué iba a utilizar el colectivo Arran la Safor las placas franquistas que hace unos días anunciaron en sus perfiles en redes sociales que habían arrancado de algunos edificios de la comarca, una acción que publicó Levante-EMV. La sede del PP de Gandia, ubicada en la calle Duc Carles de Borja, amaneció ayer con un buen número de estos elementos pegados en su cristalera principal.

Según ha podido saber este periódico, el acto se produjo sobre las dos menos cuarto de la madrugada del martes al miércoles y fue perpetrado por tres personas que llevaban las caras cubiertas con pasamontañas y que fueron captadas por las cámaras de seguridad que tiene instaladas el partido en el interior de la sede. La Policía Nacional ya está analizando las imágenes.

Los autores impregnaron de cola el ventanal del edificio y fueron pegando una al lado de la otra la quincena de placas con el escudo del yugo y las flechas de la Falange. Algunas cayeron al suelo, como se puede apreciar en las imágenes tomadas la mañana de ayer. En otra de las ventanas, los atacantes escribieron con un esprai rojo la expresión: «La Safor Antifeixista», mientras que en la persiana de la puerta dibujaron una diana con un mensaje: «Fora».

Así, por tanto, culminaba la especie de juego que desde esta organización abrieron hace unos días en su perfil de Twitter. En él, mostraban primero los huecos que dejaban las placas retiradas del Ministerio de la Vivienda franquista y preguntándose qué faltaba en ese espacio. Al día siguiente ya mostraban las enseñas retiradas junto a fotografías en las que supuestos miembros de Arran, destornillador en mano, las quitaban y, a su vez, lanzaban la adivinanza sobre cómo iban a utilizarse.

Ayer por la mañana, Arran emitió un comunicado reivindicando la acción. «Devolvemos estos símbolos a aquellos a quienes pertenecen, los herederos del régimen, los cómplices del mantenimiento del franquismo en la calle y las instituciones», señalaron. Desde el colectivo justifican su acción en que «40 años después de la mal llamada transición, aún perduran símbolos que recuerdan la figura del dictador Franco y de su régimen», entre ellas, las placas que el franquismo instaló en aquellos edificios de Protección Oficial que se construyeron durante la dictadura.

Desde Arran creen que «hay que atacar directamente a los que se encargan de defender este sistema» y consideran que «el PP es uno de los máximos exponentes de partido cómplice del franquismo».

«No tenemos miedo»

El presidente del PP, Víctor Soler, por su parte, compareció para anunciar que su partido ha interpuesto una denuncia contra Arran y que, cuando se conozca la identidad de los autores «también les denunciaremos».

Soler tachó el acto de «Kale Borroka incipiente» y acusó a los autores de ser «un comando pseudoterrorista de la organización Arran». Además llamó «nazis» a los integrantes de este colectivo y les acusó de ser «un cáncer» para la democracia. «Les digo a estos niños malcriados de mamá y de papá que dejen de delinquir y que estudien porque así entenderán que la grandeza de una democracia es respetar la pluralidad o defender las ideas sin el uso de la violencia», dijo el presidente del PP.

Soler señaló de forma tajante que: «No tenemos miedo» y «seguiremos defendiendo nuestras ideas». El también concejal en el Ayuntamiento de Gandia denunció que la sede del partido «sufre ataques casi cada mes». Por ello, pidió al ayuntamiento «que refuerce la seguridad policial en las calles próximas al local como haría si esto ocurriera con cualquier otro establecimiento». Por su parte, Guillermo Barber denunció que Arran «señala nuestra casa como lo hacían los nazis con quienes no pensaban como ellos».

Todos los partidos de la ciudad se solidarizaron rápidamente con el PP. Desde el PSPV lanzaron un mensaje de «condena» por un ataque que consideran «intolerable», en tanto que «atenta contra los derechos y libertades de nuestra sociedad». Tanto Compromís como Més Gandia «lamentaron» esta agresión y recordaron que sus sedes también han sido atacadas. Desde Ciudadanos Gandia, por su parte, también condenaron la acción y consideraron «intolerable» que «existan este tipo de actitudes opresoras que no respetan la diversidad de posicionamientos».