La sección tercera de la Audiencia Provincial de València ha condenado a seis años de prisión a un hombre por vender droga en el bar que regentaba en Ador. Además, la misma sentencia decreta cárcel para otra persona, que, según apunta el tribunal, hacía las veces de «guardería» de las sustancias que el primero de los acusados suministraba en el establecimiento ubicado en la avenida de la Safor de esta localidad.
La detención se produjo por parte de la Guardia Civil el 5 de junio del año 2014. Ese día, los agentes habían establecido una vigilancia en el local al tener conocimiento de que la persona que gestionaba el negocio podía estar utilizándolo como punto de venta de drogas.
Así, según se desprende de la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, la Guardia Civil realizó un registro al observar que el propietario tenía un comportamiento extraño. «Entró y salió en varias ocasiones del citado establecimiento a la calle, realizando llamadas telefónicas, mirando a lo largo de la calle con actitud de estar esperando a alguien», señala el escrito judicial.
En el mismo se apunta que, a los pocos minutos, llegó otro hombre que «le entregó un pequeño paquete cuando ambos se hallaban en la puerta del local y se disponían a entrar». Fue entonces cuando los agentes decidieron acceder al bar y proceder al registro, tanto de estas dos personas como del propio establecimiento.
Según se explica en la sentencia, al identificarse los guardia civiles, el acusado gritó «¡chivato, chivato!» a un cliente que en ese momento se encontraba en el interior del bar.
La Guardia Civil realizó un primer registró al dueño del negocio. En el cacheo hallaron que, en la zona de los genitales, portaba oculto un envoltorio en cuyo interior contenía cocaína. Posteriormente, los investigadores llevaron a cabo un registro en el local en el que encontraron droga escondida en distintos lugares. En total, se hallaron distintas cantidades de cocaína y de marihuana así como una báscula de precisión, un rollo de alambre y paquetes de plástico preparados para elaborar las dosis de drogas.
Además, los agentes registraron también la vivienda del otro acusado, del que se sospechaba que era la persona que guardaba las sustancias que el primero vendía en el bar. Efectivamente, según apunta la sentencia, en la casa se hallaron también distintas cantidades de cocaína, una báscula de precisión que se utilizaba para la preparación de las bolsitas, una tarjeta con anotaciones de nombres y cantidades de dinero, un rollo de cinta plástica de color verde, un molinillo eléctrico y dos ordenadores, entre otros enseres, señala el tribunal.
El precio de venta en el mercado al por menor de la droga hallada tanto en el bar como en la vivienda ascendía a más de 7.600 euros.
La sentencia indica además, que los dos acusados tenían antecedentes penales. El propietario del negocio había sido condenado en Ecuador, por tráfico ilegal, tenencia y posesión de drogas en el año 2006, mientras que los el otro condenado no tenían nada que ver con la cuestión de sustancias estupefacientes, según se apunta en el escrito de la Audiencia Provincial.
Además de la cárcel, el gerente del negocio ha sido condenado a pagar una multa de 16.000 euros, mientras que el que el encargado de guardar la droga, tendrá que abonar 5.000 euros.
Los acusados tienen la posibilidad de interponer un recurso ante el Tribunal Supremo.
