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La ciencia de la tierra como opción de futuro

Miguel Barea tenía pensado estudiar Matemáticas pero se decanta por la carrera de Geología tras participar y triunfar en la Olimpiada Internacional

Miguel Barea Fernández confiesa que gracias a las Olimpiadas de Ciencias de la Tierra, sobre todo en la fase nacional, «he podido ver la aplicación de los conocimientos relacionados con la Geología, así como en qué consiste el trabajo de geólogo. Todo esto ha hecho que me plantee y me decida a estudiar esta ciencia en la Universidad, cuando yo lo que quería, en un principio, era estudiar Matemáticas». Miguel espera poder dedicarse a la investigación de la tierra en el futuro.

La Olimpiada Internacional de Ciencias de la Tierra (IESO por las siglas en inglés) celebrada recientemente en Nantes (Francia) con 126 estudiantes de 29 países de todo el mundo ha sido es el último escalón que ha tenido que subir Miguel.

Todo comenzó en la primera fase, la olimpiada regional, que se suele hacer por provincias. En el caso del estudiante gandiense fue su profesora, María José García, y un compañero los que organizaron la participación de algunos alumnos del IES Tirant lo Blanc en la Olimpiada de Geología de Valencia el 27 de enero.

Una semana después se publicaron los resultados y Miguel había quedado primero, por lo que pasaba a la fase nacional, el 1 de abril en Béjar (Salamanca).

Hasta hasta esa fecha recibió clases preparatorias en València además de seguir con el temario de Geología en Gandia. Ese día, tras una mañana de pruebas y una tarde de actividades, se entregaron los premios y él resultó ser el segundo clasificado para la fase internacional, la IESO. Sin embargo, como esta va más allá de la geología, en verano tuvo que seguir aprendiendo con una semana de formación en Madrid.

Este año la IESO fue acogida en Niza (concretamente en el Centro Internacional de Valbonne) del 21 al 30 de agosto. Durante esos días los estudiantes realizaron una serie de pruebas individuales que cubrían terrenos de algunas ciencias como geología, oceanografía, climatología, astronomía o ESS (Ciencia de los Sistemas de la Tierra), con las preguntas, tanto en su inglés original como traducidas al castellano.

Junto a estos exámenes también realizaron, cuenta el propio Miguel Barea, «dos proyectos en equipos internacionales (característica distintiva de la IESO) y numerosas actividades culturales (visita a los Alpes, tour en bus por la Côte d'Azur, noche astronómica, diversas conferencias...), donde saber comunicarse en inglés era esencial.

La Olimpiada acabó con la entrega de premios por la mañana, en la que España consiguió una medalla de oro, otra de plata y dos de bronce, además de un premio por uno de los proyectos y una visita a la playa y el centro histórico de Niza por la tarde.

Una de las anécdotas del periplo de Miguel en Francia es que la organización pidió a los participantes que exhibieran los trajes de sus regiones o ciudades y Miguel Barea tuvo la ocurrencia de vestirse de Tio de la Porra.

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