En el siglo XVIII el botánico Cabanilles, tras pasar por Gandia, ciudad en la que, en su juventud, cursó estudios en la universidad de los jesuitas, donde hoy está la Escola Pia, describió «bassa de Vivanco» de forma minuciosa: «...para mejorar las presas y riegos de la huerta, el Sr. D. Antonio Vibanco, patricio celoso e instruido, pocos años hace enseñó a sus compatriotas un método fácil para mejorar las haciendas, reduciendo a huertas los campos de secano. Tenía buena porción de ellos en un sitio a donde no llegaba el riego, y viendo que en el invierno, por no necesitarse de riego, se perdían en el mar las aguas del río, concibió y ejecutó la idea de recogerlas entonces en cantidad suficiente para sus campos en verano. Para esto mandó construir en la parte alta de la hacienda un gran estanque de tres hanegadas de superficie con catorce palmos y medio de profundidad y un conducto para introducir las aguas del río. Los muros más largos del estanque tienen 280 palmos, el tercero 184 y el cuarto 156».

Con el tiempo los cultivos fueron cambiando y tras la construcción del embalse de Beniarrés, en 1958, los riegos se normalizaron a lo largo del año, pasando al olvido su función de garantizar el riego agrícola.

En la foto, tomada en 1942, se puede apreciar el interior de la balsa, ya vacía y con cultivos, destacando al fondo la alquería de la Torre dels Pares. Merecería la atención por parte de la autoridad competente para que esta singular obra de ingeniería hidráulica no perezca por nocturnidad de sus actuales propietarios y aprovechando su inmediatez y cercanía con la alquería de la Torre dels Pares, de propiedad municipal, pasara a formar parte de un centro de interpretación etnológica de la zona.

En la imagen aparecen, justo delante de la balsa, Joaquín Bolta Romaguera y su esposa, Adela Castañer Laborde, que tenían un casa de campo para veranear junto a esta histórica construcción y que quisieron inmortalizarse ante ella.