El pleno del Ayuntamiento de Oliva aprobará hoy, de forma inicial, una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que, si finalmente entra en vigor, prohibirá que se puedan abrir gasolineras a menos de cien metros de suelo urbano o urbanizable que tenga la característica de residencial o dotacional.
La norma, que no afectará a las dos estaciones de servicio actualmente existentes, una en cada extremo de la travesía de la N-332, hace meses que se ha venido estudiando por parte de los técnicos y analizando por los distintos partidos políticos, y surgió a raíz de la polémica generada por el anuncio de abrir una gasolinera en un solar cercano al colegio Hort de Palau.
El Gobierno local de Oliva, formado por Compromís, Projecte Ciutadans, Gent d'Oliva y Esquerra Unida-Acord Ciutadà, decidió dejar en suspenso ese procedimiento, atendiendo así a la petición realizada por cerca de quinientos vecinos que firmaron contra la instalación de la gasolinera. Pero el consistorio quiso ir más allá y dejar esta cuestión clara para el futuro, de manera que encargó a los técnicos la modificación del PGOG que, previsiblemente, hoy se aprobará.
El documento plantea que no se puedan autorizar gasolineras en suelo urbano y urbanizable catalogado como residencial o que pueda albergar dotaciones como colegios, centros médicos, residencias de la tercera edad, espacios destinados a la infancia o cualquier otro que se considere «sensible». Las gasolineras deberán estar a no menos de cien metros de esos lugares, incluyendo la zona de la playa. El Plan General no altera la apertura de esas instalaciones en todos los polígonos industriales o comerciales.
El alcalde de la ciudad, David González, justificó esa decisión, respaldada por todos los grupos del Gobierno local, en el rechazo ciudadano a suportar una gasolinera debajo de casa. «En el lugar que la pongas vamos a tener problemas con los vecinos», indicó González.
No son especialmente peligrosas
En la argumentación que los técnicos plantean para modificar el PGOU de Oliva figuran ejemplos de algunas ciudades que ya han aprobado la prohibición de abrir gasolineras en zonas residenciales o dotacionales.
Pese a eso, ninguna norma autonómica o estatal lo prohíbe porque, a pesar de las quejas y las protestas, no existen indicios de que se trate de instalaciones especialmente peligrosas, aunque sí pueden generar molestias.
En las áreas urbanas de las ciudades existen cientos de gasolineras, algunas físicamente pegadas a bloques de viviendas. Sin ir más lejos, en Gandia existen tres, una en el Grau, otra en la calle de Sant Rafael y la tercera en la avenida de València. Hasta el momento ninguna ha generado protestas.
