El estallido de la burbuja inmobiliaria provocó durante la última década una brutal crisis en el sector de la construcción, causando quiebras en promotoras y constructoras y elevando las listas del desempleo. La caída del ladrillo ha arrastrado consigo a negocios asociados como fontanería, electricidad o carpintería.

Pero el temor de muchos ciudadanos a embarcarse en una hipoteca para comprarse una vivienda nueva ha hecho resurgir con fuerza una vía de escape tanto para usuarios como para el sector: la reforma. El piso de la abuela o el que tenían los padres de la pareja alquilado a un bajo precio se convierten tras una profunda rehabilitación, en una «vivienda nueva» y con un coste más asequible.

En los últimos seis años la evolución de la concesión de licencias municipales en las 43 localidades de la comarca para la rehabilitación de edificios, viviendas o locales se ha mantenido en unas cifras superiores a la construcción de nueva vivienda. Así, en el periodo comprendido entre 2011 y 2016 se edificaron en la comarca de la Safor 231 casas nuevas, según datos del Ministerio de Fomento. Por contra, en el mismo espacio de tiempo se otorgaron 487 solicitudes de reforma.

Desgranando el balance de forma anual, en 2011 se concedieron 83 permisos de rehabilitación, 62 en 2012, en 2013 se dieron 88, 275 en 2014, 314 en 2015 y 332 en 2016.

Por contra, en vivienda nueva se contabilizaron 68 en 2011, apenas 33 en 2012, en 2013 fueron aún menos, 24, 26 en 2014, 31 en 2015 y 49 el pasado año. En todos los ejercicios la rehabilitación se mantuvo por delante de la obra nueva. Todo ello sin contar que los datos aportados son de carácter oficial y no se contabilizan aquellas actuaciones sin licencia municipal.

Así, la crisis y sobre todo las ayudas que han llegado desde la Generalitat han hecho que las obras de rehabilitación acaben superando a la vorágine constructora de los años gloriosos de la economía española.

Detrás de este aumento también se encuentra el mayor control sobre los edificios que fueron construidos hace más de 50 años, a los que la ley obliga a pasar una inspección técnica y a reparar los problemas que puedan detectarse en la estructura.

No en vano, como se aprecia en los datos, la construcción de nuevas fincas ha ido decreciendo al mismo ritmo que aumentaba la rehabilitación. En la comarca de la Safor pasaron de levantarse 491 edificaciones de nueva planta en el año 2006 a unas irrisorias 24 en 2013.

Este parón de la actividad inmobiliaria, de hecho, también ha afectado seriamente a los ingresos de los ayuntamientos en los últimos años, ya que los presupuestos anuales incluían grandes cantidades de dinero que percibían por las tasas de las licencias.

En este sentido, la Generalitat impulsó este año con tres millones de euros el Plan Renhata, con el que subvenciona la reforma de baños o cocinas, o en hacer accesible una vivienda. El límite máximo de la ayuda alcanzaba los 4.200 euros. Algunos municipios valencianos también ofrecen una inyección económica a las comunidades de propietarios para la instalación de ascensores y la rehabilitación de fachadas, cubiertas y bajantes en fincas construidas antes de 1981.

Mejora la construcción

Pese a los datos, en la misma estadística se puede constatar otra cuestión que no es baladí. Y es que entre 2012 y 2016 se aprecia un importante repunte en lo que respecta a la construcción de nuevos edificios. Se trata de un reflejo de que la economía en la comarca de la Safor está dando visos de mejora.

Eso sí, las cifras aún están muy lejos de aquellas tan desorbitadas de los años 2003 a 2007, cuando había grandes obras casi en cada esquina y se urbanizaban sectores enteros a ritmos vertiginosos.

De hecho, según los datos del ministerio de Fomento se aprecia una evolución interesante. En Gandia, en 2011 se otorgaron un total de 24 licencias de rehabilitación y apenas una de obra nueva. Cinco años después, en 2016, la tendencia se invirtió y la construcción de nueva planta superó a la rehabilitación con 10 de la primera y 9 licencias de la segunda. En Oliva, sin embargo, en 2011 aún se construían 25 edificios nuevos y había solo 6 rehabilitaciones. En 2016 fueron 16 nuevas obras por 29 trabajos de mejora en el inmueble.