La mayoría de las familias de la Font d'en Carròs con niños en edad escolar ha decidido mantener la presión sobre la Conselleria de Educación y ayer inició la tercera semana sin clases en protesta por las deficiencias del colegio y en exigencia a la Generalitat para que acelere el proceso que acabará por trasladar a los alumnos a otras dependencias.

Si el viernes pasado, como informó Levante-EMV, la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), decidió dar libertad a los padres para que llevaran o no a sus hijos al colegio, ayer aproximadamente sesenta de ellos acudieron a las aulas del centro Francesc Carròs. El resto, hasta cerca de 300 alumnos, se volvió a quedar en casa.

Ese masivo mantenimiento de la protesta supone una medida de fuerza ante la Conselleria de Educación, que todavía está estudiando las medidas que tienen que adoptarse en cada uno de los tres edificios a los que, previsiblemente, se trasladarán los alumnos cuando se decida el cierre definitivo del colegio Francesc Carròs.

Esos tres edificios, la «escoleta» Ninos, el Edifici Polivalent y el Patronato, se pondrán disposición de la Generalitat, y desde el jueves de la semana pasada el ayuntamiento se ha ofrecido a iniciar de forma inmediata cuantas reparaciones y modificaciones sean necesarias para que los alumnos puedan entrar.

Mañana, colegio vacío

Paralelamente, mañana miércoles se iniciarán en el colegio pruebas técnicas que evalúen el estado de su estructura, de manera que se tendrán que vaciar las aulas afectadas. A partir de ese día el ayuntamiento y el AMPA están estudiando la disposición de monitores para que los alumnos no se queden necesariamente en casa y pueda realizar actividades educativas y lúdicas.