A la Generalitat le faltan manos para poner en marcha todos los proyectos que desea llevar a cabo de aquí al final de la legislatura. Tantas cosas por hacer y el deseo de cumplir con todos los compromisos han colapsado al Consell. Eso ha hecho que se haya visto en la obligación de pedir ayuda a los ayuntamientos para descongestionar la administración. No en vano, el proyecto de presupuestos refleja un incremento en las aportaciones a los municipios para que estos asuman servicios que el ejecutivo autonómico no puede.

Gandia ha sido la primera ciudad que ha recogido el guante del presidente Ximo Puig y se ha ofrecido de forma decidida a asumir la tramitación de proyectos para acortar los plazos de ejecución.

Ya lo hizo sumándose al programa Edificant para la construcción de colegios e institutos en la ciudad y ayer, la alcaldesa, Diana Morant, puso la administración local al servicio de la Generalitat para asumir la burocracia del derribo del antiguo hospital Francesc de Borja, ubicado en el distrito de Roís de Corella, y la posterior construcción del Centro de Salud Integrado.

«Este ayuntamiento no le tiene miedo a los retos, al contrario, nos motiva trabajar por mejorar la vida de nuestros ciudadanos», indicó Morant.

Esta especie de traspaso de competencias no significa que la ciudad deba asumir el coste del proyecto, sino que se utilizaría la misma fórmula que en el caso de los edificios educativos. El ayuntamiento pondría en marcha toda la burocracia a través de los técnicos municipales para, una vez adjudicadas las obras, que la Conselleria de Sanidad ponga el dinero.

«Si la Generalitat nos delega las competencias, no sólo derribaremos el edificio sino que el próximo año ya trabajaremos en la redacción del proyecto para avanzar en la construcción del nuevo centro de Salud Integrado en Roís de Corella. En una sola legislatura intentaremos solucionarlo. Algo que ellos (el gobierno del PP) no hicieron en cuatro años».

Como este periódico publicaba ayer, las cuentas de la Generalitat para 2018 han incrementado las ayudas y subvenciones a los ayuntamientos como una solución al embudo de la administración.

El proyecto de presupuestos para el próximo año incluye una inversión de cuatro millones de euros para el derribo del viejo hospital y posterior construcción, en ese mismo espacio, de un centro sanitario que sirva para descongestionar los otros puntos de atención que tiene Gandia. El gasto previsto para el 2018 es de 1 millón de euros, mientras que para los dos ejercicios siguientes (2019 y 2020) se prevén sendas inversiones de 1,5 millones de euros. La alcaldesa cree que dando capacidad al ayuntamiento para gestionar este proyecto, podrían acortarse los plazos y no sería necesario llegar a 2021 para que acabaran las obras.