La «insuficiencia económica» de la orden de ayudas de la Conselleria de Cultura es el argumento más repetido para haber desestimado la mayor parte de los proyectos presentados por los ayuntamientos de la Safor para ejecutar obras tendentes a preservar o mejorar elementos el patrimonio histórico. De hecho, solo los «Abrics de Mossén Ricard» de Tavernes han encontrado cobertura financiera en esta iniciativa. Ocho fueron los ayuntamientos que solicitaron ayudas y que han quedado excluidos. El de Alfauir pidió dinero para continuar con las excavaciones y los estudios que se están llevando a cabo en la iglesia del convento de Sant Jeroni de Cotalba. En este caso, se pretendía abrir la llamada «Cripta Ducal», en la que se supone que están enterrados los restos de familiares de los duques reales de Gandia, fundadores de ese edificio religioso. Benifairó de la Valldigna solicitó dinero para la conservación del antiguo Hospital Romero, actual guardería municipal. La Font d'en Carròs pedía para restaurar la ermita de Sant Miquel, y Potries para el Forn de l'Alfar. Ròtova pretendía con esas ayudas actuar en el Patio de Armas del Palau dels Comtes, y Simat de la Valldigna quería continuar con los trabajos de restauración del acueducto que llevaba agua desde les Foies al monasterio de Valldigna. Finalmente Xeraco optó a restaurar el Forn de Calç.