Cáritas Gandia, con la colaboración del ayuntamiento, han organizado durante estos días la Semana de Personas sin Hogar con una serie de actos que están sirviendo para hacer visible un problema que sufren decenas de personas y para reivindicar una segunda oportunidad para aquellos que un día lo perdieron todo.

La plaza Major de Gandia acogió ayer una «performance» que reunió a varias decenas de personas, entre ellos alumnos del colegio Carmelitas, ataviadas con máscaras blancas, sin expresión, con la que se pretendía hacer ver la pérdida de identidad de las personas que se han visto abocadas a vivir en la calle.

En el acto participaron algunos residentes del Centre d'Atenció Integral (CAI) Sant Francesc de Borja, que gestiona Cáritas. Uno de ellos leyó un manifiesto en representación de todos. En un texto desgarrador, recordaron que «somos padres, madres, hijos, hijas, hermanos y hermanas» y rechazaron los términos en los que la sociedad se suele referir a quienes viven en la calle. «No somos mendigos, vagabundos, carrilanos, pedigïueños, indigentes, vagos, viciosos, vividores, borrachos o yonkis; Tenemos derechos. A la vida a la libertad, a ser persona».

También reivindicaron su derecho a tener «un trabajo digno» y «a ir a hospitales y centros médicos y ser atendidos como una persona más». Por último, lanzaron su «compromiso» a «dar los pasos necesarios para salir de esta situación de calle, a aportar nuestras experiencias a la sociedad para que no se vuelvan a cometer estos errores».

En el acto también estuvo presente la alcaldesa, Diana Morant, la vicealcaldesa, Lorena Milvaques, el concejal de Responsabilidad Social, Nahuel González y otros ediles del ayuntamiento.

El director de Cáritas, Eduardo Mahiques, destacó el papel del CAI en la atención de las personas sin hogar y su herramienta para dignificarles «en el final de su vida», en referencia a indigentes que «de no ser por el CAI habrían fallecido en un banco».