Con un simple gesto, el de adquirir una pulsera, se puede salvar una vida. Esto es posible gracias a la iniciativa que parte desde la dirección del IES Jaume II «el Just» de Tavernes de la Valldigna y que pretende vender 3.000 pulseras para, con el dinero recaudado, poder adquirir un desfibrilador que será instalado en las dependencias del centro educativo.

Xavi Estruch, vicesecretario del instituto, explicó a Levante-EMV que el principal objetivo es que «este IES cuente con este aparato que puede salvar una vida». Tras abordar el programa Salut Escola, a instancias de la Consellleria de Educación, desde el centro vallero se barajó la posibilidad de contar con este desfibrilador, aunque la adquisición del mismo había de correr de su cuenta.

Acostumbrados a las estrecheces económicas, desde el centro pensaron que una buena idea para sufragar el aparato sería la de «promover esta campaña con la que, por tres euros por pulsera, tenemos que llegar a las mil pulseras para poder tener este aparato que puede salvar una vida», indicaba Estruch. El docente señaló, además, que «la comunidad educativa está respondiendo satisfactoriamente pero necesitamos más implicación de la sociedad en general, ya que va a ser la ciudad la que se beneficie de que el IES Jaume II el Just tenga este aparato», comentaba.

El programa Salut Escola ha posibilitado conocer en cada uno de los centros de la Comunitat Valenciana las dolencias más importantes que tienen los alumnos como asma, epilepsia, diabetes u otra clase de enfermedades que necesitan de una atención específica. «Creemos que este es un gran trabajo que se ha realizado desde el centro de Salud de Tavernes de la mano de Xavier Camarena, que nos ha llevado a querer contar con el desfibrilador, señaló Estruch.

Las ventajas de poder contar con el desfibrilador en este centro educativo serán así mismo beneficiosas para la ciudad en general en tanto que, por ejemplo, si a una persona en un radio cercano al instituto Jaume II se le tiene que atender con este artilugio por haber sufrido una parada cardíaca, desde el 112 se derivará la urgencia al propio centro escolar, "con lo que es una cuestión de que todos colaboremos".

De momento, las pulseras se venden en el centro educativo, pero se estudia la posibilidad de poder ampliar los puntos de venta a librerías o edificios oficiales «estamos estudiando las posibilidades pero lo importante es que todos se conciencien en la necesidad de que una pulsera que se compre servirá para salvar una vida».

El siguiente paso será que responsables del centro aprendan a utilizar el desfibrilador para poder echar mano de él en caso de que fuera necesario en alguna ocasión.

Los alumnos del instituto vallero de secundaria son los primeros que se han sumado a la iniciativa y colaboran adquiriendo las pulseras, como se aprecia en la imagen que acompaña esta información.