Tremendo susto el que se llevaron los trabajadores del polígono industrial de Palmera ayer por la tarde. La nave de la empresa Neometal de esta localidad, dedicada a la carpintería metálica, quedó arrasada por el fuego al iniciarse un incendio en su interior pasadas las 16 horas.

La empresa albergaba en ese momento una atracción de feria que probablemente estarían reparando, concretamente La Olla, que quedó completamente calcinada junto a muchos otros elementos. Las llamas, que según fuentes consultadas por este periódico podrían haberse iniciado por una chispa, se apoderaron rápidamente de toda la nave. En todo caso, la investigación deberá determinar las causas exactas.

En el momento en que se inició el siniestro, había en su interior dos trabajadores, que pudieron salir por su propio pie sin resultar heridos. Según un testigo, que fue de los primeros en encontrarse con el incendio, uno de los operarios intentó en primer lugar apagar las llamas a la desesperada con una manguera. Finalmente, y al ver que no podía controlarlo abandonó la nave. Al poco, se escuchó un ruido, que, según fuentes consultadas por este periódico, sería un trozo de la cubierta ,que se desplomó. De hecho, esta parte del inmueble quedó seriamente afectada al arder el material que une las placas. La enorme columna de humo se podía ver incluso desde Gandia.

Debido al incendio, los equipos de emergencia se vieron obligados a desalojar varias naves colindantes por temor a que las llamas pudieran afectarlas, en tanto que en algunas había materiales muy inflamables. Trabajadores y propietarios de otras naves próximas estaban pendientes de que las llamas no se acercaran, aunque no fueron desalojados.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de los parques de Oliva y Gandia, así como la Guardia Civil y la Policía Local de Palmera y de las vecinas localidades de l'Alqueria de la Comtessa y Bellreguard.

«Nos ha arruinado»

Una vez extinguido el fuego quedaba la desolación. Los propietarios de la empresa se mostraban compungidos ante un siniestro que, según gritaba uno de ellos «nos ha arruinado». Los bomberos, desde el camión escalera, comprobaban los daños del techo de la nave y, sobre todo, revisaron que no quedara ningún rescoldo que pudiera reactivarlo.