Pocas veces la Administración se ha atrevido a romper las barreras provinciales a la hora de prestar servicios públicos u ordenar el territorio valenciano. Sanidad, educación, justicia, fuerzas de seguridad, e incluso aspectos como el mantenimiento y la planificación de carreteras e infraestructuras se producen casi siempre sin saltar el marco provincial.

Por eso es tan significativo que la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio haya superado las provincias al planificar la nueva red de transporte público en autobús que se quiere poner en funcionamiento a finales de esta legislatura.

La Safor, que es una de las comarcas más castigadas por el deficiente servicio de autobús, hasta el punto que la Generalitat ha tenido que pagar líneas para permitir que los ciudadanos vayan al hospital o los estudiantes a los institutos, ha quedado dividida en dos mitades. En la norte se incluye Gandia, su área inmediata y la Valldigna. Y en la sur, y aquí está la novedad, aparecen Oliva, los municipios más cercanos, el interior de la Safor y la localidad de Pego, en la Marina Alta y en la provincia de Alicante.

Responsables de la conselleria que dirige María José Salvador han señalado a este periódico que esa división de la Safor para el nuevo mapa de transporte público por carretera se ha hecho atendiendo «a la lógica», porque es evidente que existe una gran relación entre las localidades de Oliva y Pego a pesar de que ambas pertenecen a provincias diferentes.

La idea de la Generalitat ya no es otorgar a empresas privadas la concesión de una línea de autobús, algo que ha generado el actual desastre organizativo que sufren los ciudadanos. Su planteamiento es asignar a los operadores todo un territorio en el que deberán garantizar servicios mínimos imprescindibles a todos sus municipios, entre los que figurarán los desplazamientos de alumnos a sus centros de estudio o de cualquier ciudadano a los hospitales de referencia.

Si se mantiene la idea de la conselleria de Vertebración del Territorio, una misma empresa gestionará el transporte público por carretera en el área que incluye a Pego, Oliva y los municipios cercanos y del interior, y otra lo hará en la zona de Gandia-Valldigna.

A preguntas de este periódico, los mismos responsables de la Generalitat señalaron que eso no significa que se vaya a aplicar un sistema de «islas» independientes, dado que en el caso del área sur de la Safor, las líneas de autobús que resulten beneficiarias deberán contemplar los desplazamientos a Gandia, donde se encuentra el hospital de referencia y la estación de ferrocarril que la comunica con València y su área metropolitana. Igual ocurrirá en Pego, dado que su hospital está en Dénia y necesariamente deberá existir un transporte adecuado hacia la capital de la Marina Alta.

La Generalitat parte con la ventaja de que casi todas las líneas de autobús que operan la Safor tienen las licencias caducadas, de manera que tiene las manos libres para redactar las condiciones del nuevo sistema que se quiere implantar. Lo negativo es que eso no ocurrirá hasta al menos dentro de un año, porque la Conselleria de Vertebración del Territorio reconoce la «complejidad» de poner en práctica esta iniciativa.

La Mancomunitat de la Safor, mientras tanto, espera que se atienda su demanda y, de una u otra manera, se le permita tener voz y voto para poner en marcha el nuevo mapa de autobuses y, posteriormente gestionar que funcione correctamente, aplicando los cambios que se estimen en cada momento.