Una revista comentaba en el año 1935 lo sucedido en nuestra ciudad. «Las últimas lluvias descargadas en Gandia adquirieron una intensidad torrencial. Las calles de la población quedaron rápidamente inundadas, transformadas en verdaderos ríos». Esta fotografía fue tomada desde el domicilio del fotógrafo Juan Ibáñez Aznar, residente en la calle Mayor de la ciudad, apreciándose a la vista del automóvil el nivel de las aguas que discurrían desde el paseo de las Germanías a la plaza de las Escuelas Pías. La casa de la Baronesa de Mislata, situada en la esquina con el denominado Carrer de la Torreta, quedó completamente anegada de barro, como muchos otros de los comercios de la citada calle.

A raíz de aquellos acontecimientos que causaron muchos daños, el diario «Ahora» del 5 de marzo de 1935 se hacía eco de la visita realizada por los ministros de Agricultura e Industria, quienes recorrieron la zona naranjera de la Safor afectada por los temporales.

Desde la Cámara Agraria de Carcaixent se trasladaron a Gandia, «donde se celebró una recepción en su honor, visitando las partidas de Vintella y Barranquet, donde un huracán destrozó el arbolado».

Posteriormente se trasladaron al puerto de Gandia «para conocer las aspiraciones en que han fundado su parecer para la regresión al Estado del puerto de Gandia una vez finiquite el término de la concesión con la sociedad inglesa». Los visitantes abordaron cómo debía revertir al Estado la gestión este puerto que, a finales del siglo XIX, construyó la empresa inglesa que también hizo el ferrocarril de Gandia a Alcoy y que tanto progreso trajo a estas tierras.

Además, en el puerto pudieron comprobar que de los 18 a 20 millones de cajas de naranjas habituales tan solo se llevaban exportadas 12 millones, debido al mal tiempo de aquel año que afectó a la producción agrícola, quedando apenas 2 millones de cajas para abastecer al mercado nacional.

Según el balance realizado entonces, a causa de las lluvias el cinco por ciento de los naranjos debían ser arrancados, el 45 por ciento de ellos no producirían naranja en dos o tres años, quedando el resto indemne para la campaña entrante.

Finalizada la visita de los representantes ministeriales en los locales de Fomento de Agricultura Industria y Comercio de Gandia, se celebró un banquete ofrecido por la vecindad a las ilustres las autoridades y a los directores generales. En ese acto no hubo discursos, quizás por la grave situación que causó la lluvia.