El Ayuntamiento de Ganda tiene tres meses para concluir la tramitación administrativa que debe declarar Zona Acústicamente Saturada (ZAS) el área urbana de la playa donde se concentra el mayor número de pubs y locales de ocio nocturno. Se trata de la plaza del Castell y calles adyacentes, donde, desde hace años, los vecinos de varios edificios pleitean en los tribunales para conseguir que el ruido ambiente nocturno se reduzca y puedan vivir con tranquilidad.

La obligación de declarar ZAS el espacio de la plaza del Castell ha venido dictada por una sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana dada a conocer ayer y a la que ha tenido acceso este periódico.

La autoridad judicial rechaza el recurso interpuesto por los algunos empresarios y propietarios de locales de ocio, a los que se unió el Ayuntamiento de Gandia, y ratifica, con algunas modificaciones, otra sentencia de junio de 2015 que ya obligaba a declarar ZAS la plaza del Castell, la calle de l´Om y el entorno de los edificios de viviendas Gardenias. Entonces el ayuntamiento no concluyó el proceso para la declaración de la ZAS, pero ahora la sentencia sí que deberá cumplirse.

Según los estudios acústicos realizados, los vecinos de esa zona de la playa de Gandia viven poco menos que un infierno debido a la masiva concentración de personas en fines de semana, una situación que se produce durante todo el año pero que es especialmente intensa en verano y durante los puentes festivos.

Los sonómetros instalados en la plaza del Castell y alrededores registraron niveles sonoros veinte decibelios por encima de los legalmente permitidos para zonas urbanas residenciales.

Cierto es que, en los últimos años, el ayuntamiento ha llevado a cabo acciones para reducir su impacto. Más controles policiales y de los ciclomotores que acuden, prohibición de terrazas y estricto cumplimiento de los horarios de cierre de los establecimientos. Eso, según técnicos municipales, ha aminorado el problema, pero los vecinos que iniciaron la batalla judicial consideraron que no era suficiente y siguieron adelante.

Según señalaron ayer fuentes municipales, el ayuntamiento estudiará inmediatamente esta resolución judicial para que, si es el caso, se ejecuten las medidas y toda ese espacio pase a la consideración de Zona Acústicamente Saturada.

Las consecuencias de ello no están del todo definidas, pero sin duda deberán aplicarse acciones que reduzcan el ruido. Así, se apunta la posibilidad de adelantar la hora de cierre de establecimientos, impedir la apertura de nuevos y promover el traslado de los actuales.