El municipio acaba de ser designado como una de las dos capitales culturales de la Comunitat Valenciana para el 2018 junto a Sagunt, dentro del nuevo criterio de la Conselleria de Cultura de otorgar este reconocimiento a una localidad de más de 5.000 habitantes y a una de menos.

Fuera de Potries extraña que un municipio de apenas 1.000 vecinos haya sido escogido por la comisión que evalúa las candidaturas. Allí no. En esta localidad saben que la cultura es uno de los principales ejes de la gestión municipal y los propios habitantes lo tienen interiorizado.

Se puede llegar a caer en la tentación de pensar que el patrimonio cultural de este pueblo de la Safor se reduce al Casa-Museu de la Cassoleria d'Àngel Domínguez, la Ruta de l'Aigua y, sobre todo, su tradicional «Porrat». Son elementos importantes, sin duda, pero enseguida su alcaldesa saca pecho y enumera incontables actividades e iniciativas que se llevan a cabo durante todo el año para disfrute de vecinos y visitantes.

Pero no solo eso. «En Potries tenemos claro que la cultura no es un mero elemento decorativo», señalaba la propia Domínguez. Por eso, el ayuntamiento escatima poco en cultura y dedica grandes esfuerzos económicos a llevar a cabo actividades durante todo el año.

Lo cierto, reconoce, es que «no esperábamos que nos dieran este 'premio'. De alguna manera creíamos que siendo Gandia este año ya se había reconocido a la comarca de la Safor y resultaba difícil que otro municipio de la misma zona fuera elegido». Se equivocaron. Hoy Potries celebra su nombramiento y ya prepara la programación.

Era la segunda vez que el pueblo optaba a este reconocimiento. «El primer año fuimos osados y preparamos un proyecto muy completo pero, aún así, no era equiparable a los recursos de los que dispone Gandia. Pero no nos rendimos y para 2018 volvimos a ser osados», explicaba Assumpta Domínguez a Levante-EMV.

Un extenso dossier recoge, mes a mes, el gran número de actividades que se celebran a lo largo de todo un año. El principal, como es lógico, es el «Porrat». Para la edición del próximo febrero de 2018, cuando el municipio aún no será capital cultural (oficialmente se inicia el 25 de abril), ya hay preparada una programación un poco más especial. «Habrá mucha, muchísima música, sobre todo en valenciano», explicaba la alcaldesa. La idea, señalaba, es «atraer al público más joven a Potries. Los mayores ya sabemos que vienen por tradición pero no queremos que se produzca un desapego de la gente más joven».

Otra de las novedades del 2018 se producirá en agosto con un festival internacional de bandas de música. A lo largo del año, hay muchas más actividades: Las Jornades de Lluita Camperola, la Setmana de Museus, la jornada de cortos, que se celebró esta semana, el día 21, el más corto del año, un cinefórum feminista, actividades alrededor de la cultura del agua. Todo eso sin contar con las fiestas patronales, donde se enmarca la «Cordà». «Hay que tener en cuenta que el patrimonio hídrico de Potries data de la época árabe», señala Domínguez.

Este, además, es uno de los tres únicos municipios en toda la Comunitat Valenciana, junto a Gandia y València, donde se celebra el Cant de la Sibil·la, y para el próximo año se ha adherido a la iniciativa Sculpture Network Star18, en la que participan, nada menos que ciudades como Munich, Amsterdam, Madrid o Donostia. Todo esto sin dejar de lado el museo de Àngel Domínguez, que cuenta con un horario continuado de visitas o la Ruta de l'Aigua, en la que se da a conocer todo el patrimonio hídrico del municipio, de un gran valor.

Aunque la variedad y riqueza de las actividades son una evidencia, la programación no es lo único que ha tenido en cuenta la Conselleria a la hora de otorgar a Potries la capitalidad cultural.

«Nuestro camino consiste en la creación de productos culturales de todo tipo, hecho por y para el vecindario», explicaba Domínguez. La alcaldesa destaca el modelo «innovador» en el que se mezcla «cultura y participación ciudadana». Para ello se ha creado la entidad Teixim Potries, conformada por diez asociaciones locales de distinta índole. Este colectivo recibirá una aportación de 10.000 euros para la contratación de un gestor cultural, que se encargue de proponer y organizar actividades de forma paralela a las del ayuntamiento.

La tercera pata de este gran entramado cultural que supone Potries en su conjunto es el patrimonio. «Aunque la propuesta la presentamos nosotros, somos conscientes de que heredamos un gran trabajo, llevado a cabo durante muchos años, de recuperación del patrimonio, la dinamización social y la potenciación de nuestras características identitarias».

Dos de las joyas de la localidad son la Casa Clara y la Casa Fosca, los partidores del agua del Serpis, que datan del siglo XV.